Si respondo que una libreta, un lápiz y una goma alguien pensaría que le estamos tomando en broma, pero no es del todo así.
- La novedad, de ordinario asociada a la novedad digital, no es lo más importante, aunque es necesario poder acceder al mundo de la información de un modo u otro. Por ello, digamos que dado por supuesto que se dispone de una infraestructura física de conectividad de alta velocidad y unos dispositivos que permitan acceder a la red, lo que importa es lo que hagamos a continuación.
- Dado esto, a mi juicio lo que no puede faltar en un aula del siglo XXI es un profesor dispuesto a tomarse en serio el modelo pedagógico que está dispuesto a poner en marcha. Me gusta referirme al modelo TPACK (Technology, Pedagogy and Content Knowledge; puede verse una reflexión y un desarrollo e información complementaria en este enlace, que es un enfoque comprehensivo del asunto que tratamos:
1. Saber de lo que se enseña, y mucho si es posible (debe serlo).
2. Saber cómo enseñarlo, aunque prefiero decir «saber cómo facilitar que el aprendiz lo aprenda»
3. Conocer la tecnología educativa y digital adecuada para hacerlo del modo correcto.
- Pero el tercer elemento que no debe faltar es un profesor dispuesto a personalizar el aprendizaje de sus estudiantes. Este es el elemento crucial, a mi juicio, ya que supone reconocer operativamente lo obvio: cada aprendiz es distinto, sus capacidades, su velocidad de aprendizaje, intereses, motivaciones, conocimientos previos, etc. son diversos y deben tenerse en cuenta de manera efectiva.
De hecho eso es lo que implica, inexcusablemente, el aprendizaje basado en competencias (puede verse aquí una definición) y su relación con el aprendizaje personalizado (puede verse aquí.)
La escuela, como señalé en tantas ocasiones, está para promover el desarrollo óptimo de cada escolar, no la igualdad de resultados. Pero para que esto sea posible es preciso que cada alumno reciba una ayuda específica que le rete de manera óptima para lograr que su rendimiento y su potencial se equiparen.
Esto solo es posible con planes altamente individualizados (personalizados), con una atención al desarrollo competencial de cada alumno y no con la edad de los mismos.
Los profesores se resisten porque esto supone más trabajo inicialmente, pero existen plataformas que permiten aliviar el trabajo de manera eficaz. Acabamos de adaptar al castellano la plataforma Renzulli Learning, que permite hacer este trabajo de manera eficaz, partiendo del perfil de cada alumno, y sugiriéndoles los recursos que mejor se acomodan a él. Esta plataforma se basa en una concepción pedagógica que se recoge en un libro de reciente aparición, de cuya edición en castellano he sido responsable: El modelo de Enriquecimiento para toda la Escuela. Una guía práctica para el desarrollo del talento.
Volviendo al principio. Ya sea con un lápiz, una libreta y una goma o con una tablet del tipo que fuere, lo importante es el modelo pedagógico que estemos dispuestos a implantar. La tecnología digital es necesaria, pero es solo un medio. El fin es lograr que el alumno sea feliz aprendiendo y que desarrolle su talento de modo óptimo.
Los profesores necesitan formación y recursos, pero los hay. Me permito sugerir, a modo de ejemplo, el master que comenzamos en noviembre en la Escuela de Profesores de UNIR: «Metodologías activas y Ecosistemas digitales de aprendizaje«.
P.D. Si estás interesado en leer sobre aprendizaje personalizado te recomiendo esta lista de entradas de mi blog organizadas en Pearltrees:
Aprendizaje personalizado, by escuelaunir
Si te ha resultado interesante, no te pierdas ¿Qué 3 cosas no pueden faltar en al aula del siglo XXI? o ¿Qué son las competencias clave en la LOMLOE y cómo te afectan?
Sin Comentarios