Algunos colegios tienen por costumbre celebrar unas jornadas de puertas abiertas en las que se invita a las familias a que vean una clase en el aula y observen el avance de sus hijos.
En ocasiones, estas jornadas se desvirtúan y más que mostrar una clase, lo que muestran es una pequeña escenificación que en nada se parece a una clase de verdad. Una estrategia de marketing y fidelización de clientes en las que el objetivo es mostrar una clase idílica y perfecta en la que no hay errores. Un evento en el que las familias queden absolutamente satisfechas de lo mucho que aprenden sus hijos incluso si para ello han debido ensayar previamente.
Personalmente, he adaptado este tipo de iniciativa a mi forma de entender la educación para ofrecer a las familias una actividad real, sin ensayos, en la que puedan constatar lo que sus hijos aprenden y lo que no en clase. Una clase abierta en la que se producen fallos, y se corrigen en el momento.
A menudo, me encuentro con que muchas familias se sorprenden al saber que el comportamiento de sus hijos en clase es completamente distinto al que muestran en casa. Realmente el aula y la casa son ambientes completamente distintos y no debería sorprendernos que los niños adapten su comportamiento a diferentes contextos. En cualquier caso, una jornada de puertas abiertas puede mostrar a las familias como se comportan sus hijos en clase.
En mi última experiencia, la acogida por parte de las familias fue tan buena que tuve que celebrar varias sesiones de puertas abiertas y limitar el número de asistentes a cada una de ellas. En este sentido, te recomiendo que no superes los ocho invitados por clase por cuestiones de espacio y para que los niños no dispersen su atención.
Las familias muestran un gran interés por este tipo de actividades y llegan a pedir media jornada libre en sus trabajos para poder presenciar una clase abierta.
En vez de hacer una clase espectáculo, como se hace en algunos colegios, yo me limito a hacer una clase “normal”: No cambio mi horario ni programación. Las familias asistirán a la asignatura y clase que toque ese día. En general, mis clases de cursos bajos tienen un alto componente oral y poca escritura. Esto facilita que las familias puedan ver a sus hijos en acción. Si tus clases se basan mucho en la escritura, te diría que al menos ese día intentes hacer que la parte oral sea predominante.
¿Qué ventajas ofrece una clase abierta para los docentes?
- Resuelves el misterio del colegio. Son muchas las familias que no saben realmente lo que sus hijos hacen en el colegio. Hay niños que cuentan lo que han hecho con todo lujo de detalles y otros en cambio apenas cuentan algo después de ser sometidos a un interrogatorio. En este sentido, la escuela es un misterio sin resolver para muchas familias.
- Ganas la confianza de las familias. “No sé cómo puedes con 25 niños a la vez” es un comentario bastante frecuente. Cuando los padres ven que trabajas e interactúas con su hijo y 24 niños más, todos entienden que realmente contigo están en buenas manos.
- Los niños muestran su talento.Hay niños que no participan en actividades extraescolares y de esta forma se encuentran con una oportunidad de brillar frente a sus padres.
- Las familias son conscientes de las dificultades propias de tu asignatura. Algunas familias no son conscientes de los retos que plantean algunas asignaturas. Les llama la atención especialmente las lecciones impartidas en otro idioma que quizás ellos mismos no dominan y sin embargo, sus hijos de corta edad, siguen sin problema. Te ganarás el respeto y admiración de las familias haciendo, ni más ni menos, lo que haces todos los días. Una clase real ayuda a las familias a darse cuenta de que equivocarse en clase es frecuente, que sus hijos (a diferencia de muchos adultos) no tienen miedo a equivocarse y que los errores son parte del proceso natural de enseñanza-aprendizaje.
- Vas construyendo una reputación en el centro. Te ganarás unos cuantos abogados defensores entre esas familias frente a críticas de personas que no te conocen del todo. Si permaneces en el mismo centro por un periodo prolongado de tiempo, verás cómo esas familias que presenciaron tus clases, van a querer que seas el profesor de sus hijos más pequeños.
Ya sabes: Organiza una jornada de puertas abiertas en tu clase este curso. No esperes más. No tienes nada que perder, y sí mucho que ganar.
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