Hace unos días realicé mi primer directo en Instagram de la mano de Antonio Domingo y El continente de lxs rarxsAquí podéis consultar cómo quedó. Tratamos un par de cuestiones que nos preocupan a todos: ¿Cómo nos hemos enfrentado a este tsunami de pandemia? ¿Qué haremos si vuelve a repetirse la situación?

A la primera pregunta, os contestaré rápidamente: lo mejor que hemos podido, poniendo todo de nuestra parte. Me detendré algo más en la segunda cuestión. Debemos prepararnos por si acaso.

En el IES Pablo de Olavide de La Luisiana (Sevilla) la revolución tecnológica que ha supuesto enfrentarse a la digitalización de las clases nos ha pillado con la tarea hecha. Ha sido cuestión de organizarnos y arrimar el hombro, ya que la herramienta que considerábamos un complemento se ha convertido en el eje fundamental de todo el tercer trimestre.

Nuestro centro educativo ya contaba con G Suite for Education y toda la comunidad educativa posee correo electrónico corporativo. Manejamos Google Classroom desde hace varios cursos y diversidad de herramientas digitales que tenemos integradas como instrumentos de evaluación en Séneca para los diferentes criterios de evaluación asociados a los bloques de contenido de cada materia.

Como una verdadera comunidad (familias, alumnado, Ayuntamiento y profesorado, abanderados por nuestro Equipo Directivo: Vicente Mazón y Pilar Gallego), hemos unido nuestros esfuerzos para salir al paso en estas circunstancias tan extrañas y lograr que lo que más queremos, nuestros chavales, estuviesen atendidos en todo momento.

Nueva “anormalidad”: Jefatura de Estudios establece un horario digital, con tiempo de videoclase y de trabajo en casa. Mantenemos las reuniones de coordinación docente vía Google Meet, las tutorías y la atención a la diversidad.

Impartir Música durante el confinamiento no ha sido fácil, todo hay que decirlo. Cambiar nuestro cante, nuestro baile y nuestro toque por una multipantalla ha sido algo muy extraño. Pero con paciencia y sentido del humor, hemos salido triunfantes de algo que, en un principio, parecía imposible.

Llevando a cabo los principios que promulga el Programa educativo Innicia Cultura Emprendedora, nos pusimos manos a la obra para dar respuesta a esta necesidad y tomarnos este obstáculo vital como un reto que debíamos superar entre todos.

Durante la primera fase del confinamiento, me centré en atender emocionalmente al alumnado a través de la música, a disfrutar y a intentar que cada videoclase conmigo fuese un pequeño refugio, un divertimento y una alegría.

Les propuse tener la cuarentena en paz con este Genially en el que descargamos agresividad con Mozart y volvimos a la calma con Beethoven.

Aprendimos a usar la música para ayudarnos a superar momentos difíciles, siguiendo el ejemplo de Música en vena y de una música muy nuestra: la de Sandra Carrasco y la de Javier Ruibal.

Tal como propone Xuxo Ruiz en Educando con magia, me planteé captar la atención emulando a Haydn en su Sinfonía Sorpresa. Así que, de vez en cuando, para comprobar que seguían la lección y quitarle un poco de hierro a la pantalla, usaba algún filtro locuelo de los que proporciona Snap Camera.

Las risas estaban aseguradas y, con ellas, la creación de un momento memorable de aprendizaje que les sirviera para recordar la clase.

Intentando emocionar al máximo y conectar en la distancia, hemos recurrido a las holofonías, al sonido 8D y a observar como nuestros vellos se erizaban al ponernos los auriculares, porque es bien cierto que la música te transporta a otra realidad y, tras casi tres meses de aislamiento, nos hacía muchísima falta un viajecito.

Hemos compuesto música con la App Music Maker Jam y nos hemos asignado un nombre artístico usando los consejos de la gran Pedorra Sunshine, del grupo Ual-la. Hemos trabajado la percusión corporal con el método Bapne de Javier Romero Naranjo para no dejar a un lado el lenguaje musical y algunas cositas más que he aprendido de Antonio J. Calvillo (Musikawa) y María Jesús Camino.

En definitiva, no sólo hemos dado clase de Música, adaptando la programación didáctica a las circunstancias sobrevenidas, sino que hemos aprendido cómo puede ayudarnos la música a sobrellevar el confinamiento: tocando, cantando, bailando y escuchando; experimentando sin miedo a equivocarse; participando en #Músicaviral, iniciativa que se fraguó en el grupo de WhatsApp de la COAEM y que ha sido secundada tanto por Maestros Unidos por la Música como por músicos de toda España… Para que luego nos pregunten para qué sirve la música.

Ahora toca seguir formándose y preparar el Plan de Actuación Digital, por si acaso. Nos armaremos de recursos, paciencia y optimismo. Sin embargo, por mucho que aprendamos, no podemos olvidarnos de la frase del maestro José María Toro: El recurso educativo por excelencia eres tú.

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