En los últimos diez años, en nuestro país, se ha puesto un gran énfasis en la educación matemática. Tenemos la sensación que nuestros hijos se están quedando detrás de muchos niños de otros países del hemisferio occidental y oriental. Como consecuencia, la enseñanza de las matemáticas en la educación infantil se ha convertido en una prioridad de nuestro sistema educativo. De hecho, diferentes estudios de investigación muestran que aprender matemáticas en preescolar predice fuertemente el aprendizaje matemático posterior y otros tipos de aprendizaje. Por eso, hay un impulso creciente hacia un currículum de matemáticas sólido y coherente en la educación infantil.
LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS EN PREESCOLAR
Desgraciadamente, los que insisten en mejorar la enseñanza de las matemáticas en la escuela preescolar suelen ser políticos, directores de escuela, padres o profesores de primaria con una experiencia mínima trabajando con niños en edad preescolar y poco conocimiento de primera mano de cómo aprenden estos niños. Algunos tienen mucha experiencia y conocimientos en educación, y otros son expertos en la enseñanza de matemáticas en primaria, secundaria o incluso en bachillerato, pero muy pocos han estado realmente enseñando a aprender matemáticas en preescolar.
Una revisión de muchos libros de enseñanza de matemáticas para niños pequeños muestra que, en su mayor parte, las ideas y técnicas predicadas para los niños en edad preescolar son muy similares a las que se utilizan con los alumnos de primero, segundo o incluso de tercer curso.
Los niños de tres, cuatro y cinco años no funcionan ni piensan del mismo modo que los niños de siete, ocho o nueve años. No podemos usar las mismas técnicas ni pretender que la educación infantil solo sea tercero de primaria con un plan de estudios más sencillo. Los niños en edad preescolar tienen sus propias necesidades y maneras de aprender, y si queremos conseguir que aprendan el máximo de matemáticas, tenemos que abordar estas especificidades.
¿COMO APRENDEN LOS NIÑOS DE EDUCACIÓN INFANTIL?
Los niños de educación infantil aprenden todo el tiempo. No esperan a nuestras lecciones para empezar a adquirir conocimientos. Observan, piensan, desarrollan hipótesis, ponen a prueba sus hipótesis y llegan a sus propias ideas sobre el funcionamiento de las cosas, es decir, desarrollan sus propias mini teorías, muchas veces durante un día normal.
Por lo tanto, uno de los papeles más importantes del profesor no es interrumpir este proceso, sino enriquecerlo para que los niños puedan aprender todavía más. Por eso, los maestros tenemos que dedicar tiempos y esfuerzos a la mejora, la creación y el apoyo a las oportunidades informales de aprendizaje.
Además, podemos apoyar a la exploración independiente de conceptos matemáticos que hacen los niños dedicando una área del aula a este tipo de actividades. Una área denominada «centro matemático» o «rincón de las matemáticas» en que los niños encontrarán todo tipo de materiales que animan su curiosidad y los ayudan a aprender matemáticas en preescolar y adquirir diferentes conceptos matemáticos, mientras los utilizan, los manipulan y juegan con ellos de forma independiente. Podemos enriquecer esta área aportando continuamente nuevos materiales.
MÉTODO DE APRENDIZAJE
Aun así, no podemos dejar el hecho de aprender matemáticas en preescolar a experiencias informales. Nuestra obligación es desarrollar un plan de estudios coherente y sistemático que garantice que los estudiantes aprendan aquello que son capaces de aprender.
Por supuesto, nuestra planificación tendrá que adaptarse al conocimiento actual de los niños, a las necesidades de aprendizaje del desarrollo y a la individualidad de cada niño y niña. Ahora bien, no es suficiente que las lecciones de matemáticas sean adecuadas para el desarrollo; es imprescindible que sean significativas y emocionantes. A través de la práctica diaria y de la investigación, he llegado a la conclusión que hay seis actividades principales que los niños encuentran emocionantes:
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Jugar a juegos
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Escuchar y representar historias
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Participar en aventuras y misterios
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Cantar, tocar instrumentos y bailar con música
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Participar en la expresión creativa y artística
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Explorar los fenómenos naturales y de la vida real
Por eso, propongo un método para aprender matemáticas en preescolar basado en estos seis tipos de actividades. Este método es bastante diferente a la manera tradicional de desarrollar el currículum propuesta por la mayoría de libros de texto de enseñanza de matemáticas.
Cómo he explicado antes, muchos de estos libros se han escrito teniendo en cuenta los niños de primaria y extendiendo los mismos métodos a los niños más pequeños.
Incluso muchos expertos que utilizan principios constructivistas parecen olvidar la idea que el cerebro solo presta atención y hace un esfuerzo para aprender aquellas cosas que cree que merece la pena aprender. Como la mayoría de expertos tienden a olvidar este principio, a menudo preparan ideas curriculares que se dirigen hacia la parte racional del cerebro, olvidando la parte emocional.
Os dirán que planteáis a los niños un reto cognitivo y que lo dejáis explorar y aprender de sus propias acciones. Esto es fantástico. De hecho, es mucho mejor que la antigua manera de enseñar explicando la lección, pidiendo a los niños que memoricen la información y que recuerden esta información más adelante en algún tipo de prueba o examen.
Aun así, incluso estos expertos constructivistas olvidan que el cerebro tiene un mecanismo que, luego que se le presenta una nueva información, situación, objeto o reto, evalúa su interés.
Se hace la pregunta de «¿Por qué tendría que dedicar esfuerzos a aprender esto?» Si la respuesta es «no hay una buena razón» o «porque mi profesor quiere que lo haga», la experiencia de aprendizaje será un fracaso.
CÓMO DESPERTAR EL CEREBRO
Los niños pueden hacer lo que se les exige, pero la mayor parte de su cerebro está en otro lugar o en hibernación esperando una buena razón para despertarse.
El método que propongo aborda la manera de despertar el cerebro e implicarlo en el esfuerzo de aprender algo nuevo. El cerebro de los niños se emociona con cosas concretas y no tanto con las otras. Por ejemplo, los niños no están interesados en acumular conocimientos solo para acumularlos.
Están interesados en conocimientos y habilidades que se pueden utilizar inmediatamente para hacer cosas divertidas o interesantes. Esta es la razón por la cual una lección sobre las partes de una flor, o sobre el número de patas de una araña, o sobre los tipos de naranjas que se pueden encontrar en el mundo, está condenada al fracaso. En la mente de un niño, este tipo de conocimiento no tiene ningún significado ni uso práctico. ¿Qué importancia tiene si una araña tiene seis, siete u ocho patas?
Aun así, si le preguntas al niño si quiere saber si la araña es peligrosa, qué hacer si la araña te muerde o como saber si el mordisco es venenoso, el niño se interesará inmediatamente porque todos estos conocimientos son relevantes para sus vidas y tienen un uso práctico inmediato.
Del mismo modo, si pides a un niño si quiere ayudarte a plantar unas flores, estará encantado de hacerlo porque plantar es divertido, requiere el uso de las manos, la oportunidad de ensuciarse, y las flores crecen y más tarde las puede llevar a casa. Todo ello es interesante, divertido y tiene una aplicación práctica.
Ahora sabemos por la investigación, que cuando la persona está interesada en algo, todo el cerebro está aprendiendo activamente, pero cuando la persona no tiene interés en esta cosa, solo una pequeña parte del cerebro está activa dedicada a aprenderla. Parece que hay un mecanismo interno que decide cuántos recursos dedicar a cualquier tarea.
Si la tarea es emocionante, el cerebro dedica automáticamente muchos recursos para disfrutarla. Si la tarea es irrelevante (y a menudo aburrida) la rama ejecutiva del cerebro toma inmediatamente la decisión de desvincularse.
Aun así, si el maestro obliga al niño a prestar atención, entonces el cerebro dedicará una parte de su cerebro a esta tarea, pero dedicará el menor número de recursos cognitivos posible y dejará el resto para cosas más interesantes o descansando hasta que llegue algo mejor.
De una manera poética, podríamos decir que la mayoría de veces preparamos lecciones que se dirigen al cerebro, pero antes de poder llegar al cerebro, tenemos que conquistar el corazón. Cuando el corazón se enamora del reto, entonces el cerebro se vuelve realmente activo y empieza a aprender al máximo.
Aprender matemáticas en preescolar no es diferente al aprendizaje de otros conceptos o habilidades: si los niños van a aprender algo que les parece útil, interesante o divertido, los encantará aprenderlo, pero si, en sus ojos, es irrelevante, entonces se desconectarán inmediatamente. Es por eso que pedir a los niños que cuenten las patas de una araña no funciona. Es irrelevante para un niño en edad preescolar incluso cuando le gustan las arañas.
Aun así, si la araña tiene que rescatar una princesa encarcelada en la parte más alta de la torre del castillo, y si para hacerlo, tiene que utilizar zapatos especiales que se enganchen a la pared de la torre, y si la araña tiene que tener zapatos para todas sus piernas porque solo con todas las patas puede escalar la pared, ahora el número de patas de la araña se convierte en un dato relevante, y el niño estará muy interesado en contar cuántas patas tiene la araña para asegurarse que puede darle todos los zapatos que necesita.
Es por eso que propongo utilizar juegos, historias, aventuras, misterios, música y movimiento, exploración de la natura y fenómenos de la vida real y experiencias de arte y trabajos manuales. Estas actividades cautivan el cerebro y el corazón de los niños y niñas y son efectivas en el aprendizaje de las matemáticas.
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