La epidemia de la CoVid19 lo ha puesto todo patas arriba y nos ha obligado a reinventarnos y adaptarnos rápidamente a la nueva situación. El mundo de la educación ha sufrido de manera especial los consecuencias, y se ha visto obligado a replantearse muchas cosas, como son la organización de los centros, los interacciones con y entre los alumnos, los tipos de actividades que se pueden hacer, etc. En este contexto, el debate sobre el uso pedagógico de los tecnologías se ha reanimado y ha puesto de relieve las alternativas pedagógicas que estas ofrecen y que a menudo son un complemento interesante a los recursos analógicos, como en el caso que hoy nos ocupa, la Flipped Classroom.

Ahora bien, esta transformación pedagógica no puede hacerse en detrimento de los procesos de aprendizaje naturales de niños y adolescentes, ni puede dejar de lado tampoco el desarrollo competencial necesario en cada fase educativa –especialmente el desarrollo de las competencias emocionales, que será un aspecto especialmente crítico en este curso que hemos empezado–.

Hay que buscar, pues, nuevas fórmulas que permitan lograr un equilibrio entre ambas vertientes, entendiendo que la educación presencial y la educación virtual no están ni contrapuestas ni son incompatibles, sino que son dos medios al servicio de un mismo fin, que es el aprendizaje. Estas fórmulas, evidentemente, no solo nos permitirán reaccionar más eficazmente a eventualidades que puedan llegarnos, sino que también pasarán a formar parte de nuestro repertorio de recursos de cara a los retos que nos encontremos en el futuro.

¿Qué es la Flipped Classroom?

Una de las estrategias pedagógicas vinculadas a la tecnología que más fuerza está tomando en los últimos años es la llamada Flipped Classroom o aula invertida. Como su propio nombre indica, esta metodología pretende invertir las posturas activa y pasiva que docente y alumno, respectivamente, tienen en la enseñanza tradicional.

Así, el docente deja de ser el emisor del conocimiento que clásicamente había sido, incitando a que los alumnos se preparen los contenidos didácticos en casa (mediante vídeos breves, lecturas, etc.) e interviniendo solo en una segunda fase del proceso de aprendizaje, ahora ya en el aula, en calidad de moderador y con el objetivo de estimular la creatividad. En este sentido, su papel es fomentar el debate, facilitar recursos, profundizar en los contenidos mediante una aproximación por proyectos, y en general guiar a los alumnos a través de todo el proceso y comprobar que adquieren correctamente los conocimientos pertinentes.

La idea, por supuesto, no es nueva, y tiene precedentes evidentes en algunas propuestas teóricas de los años 70. Aun así, las herramientas tecnológicas que hoy tenemos al alcance de la mano dan a la metodología del aula invertida una potencialidad que sus precedentes no tenían. La posibilidad de compartir con los alumnos cápsulas-video con explicaciones, ejercicios interactivos para consolidar y repasar aquello aprendido y otros recursos digitales facilitan la labor fuera del aula que esta estrategia pedagógica pide.

Beneficios de la ‘Flipped Classroom’

Varios estudios y experiencias en diferentes grupos de edad están demostrando reiteradamente los beneficios de la enseñanza Flipped. Si bien es cierto que la brecha digital puede ser un obstáculo importante, las ventajas de aplicar esta metodología son también notables. A continuación enumeramos las más importantes:

1) Autonomía de los alumnos: En esta forma de aprendizaje, los alumnos adoptan un papel activo, participando dinámicamente en el proceso educativo. La clase será más gratificante cuanto más cosas el alumno pueda aportar, de forma que se pone énfasis en su papel y se apela a su responsabilidad para garantizar el buen funcionamiento de la clase.

2) Aprendizaje adaptado: Al mirarse los contenidos en casa, los alumnos con más dificultades en la materia pueden revisar si es preciso los materiales más de una vez sin preocuparse de retrasar el ritmo de la clase. Se elimina así el componente de frustración y de estrés presente en la enseñanza tradicional, y todos los alumnos pueden ser orientados más atentamente en función de sus necesidades específicas.

3) Mayor motivación: En la medida en que el estudiante es el protagonista del proceso pedagógico, siente un mayor compromiso con aquello que aprende y se implica activamente. Siendo consciente de su responsabilidad, hará lo posible para que la interacción funcione de la mejor manera posible. En este sentido, es importante que el estudiante sepa desde el principio qué rol se espera que adopte en este proceso.

4) Optimización del tiempo: El docente no tiene que dedicar tanto rato a explicar la teoría en clase, de forma que puede dedicar más tiempo a clarificar conceptos que puedan ser problemáticos y a hacer actividades de consolidación más dinámicas y atractivas para los alumnos.

5) Alfabetización tecnológica: Viendo el uso recurrente de las tecnologías por parte del profesorado, los alumnos adquieren de manera transversal la competencia tecnológica y empiezan a discernir el uso adecuado y responsable de estas tecnologías.

6) Reorganización del espacio del aula: El aula deja de ser un espacio lineal y reglado, con una clara separación entre el lugar del emisor y el del receptor, para pasar a ser un espacio de diálogo en condiciones de igualdad.

7) Fomento del aprendizaje colaborativo y de la comunicación: Los alumnos tienen que debatir, consensuar, analizar, etc. de manera comunitaria los conocimientos adquiridos. Aquellos con más facilidad de comprensión pueden ayudar a aquellos que presentan más dificultades, creando un buen ambiente de trabajo y camaradería.

8) Promueve el pensamiento crítico: Las tareas de reflexión que se le piden al alumno sobre cada tema fomentan su pensamiento crítico y su capacidad de defender su punto de vista y negociar posturas de acuerdo, contribuyendo de este modo a su formación como ciudadano responsable.

¿Y tú, ya has probado la Flipped Classroom? ¿Cómo ha sido tu experiencia? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Y si quieres conocer nuestras novedades en el curso 2020-2021 adecuadas para trabajar en la metodología del aula invertida, puedes acceder haciendo clic aquí!

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