El argumento de Rebelión en la granja es muy claro. Hartos de ser explotados, los animales de la Granja Solariega se rebelan contra los seres humanos y fundan una sociedad basada en la igualdad y la libertad. Sin embargo los cerdos, los animales más inteligentes y ávidos de poder, muy pronto infringen los principios de esa sociedad igualitaria en busca de su propio beneficio.

Animal Farm. A Fairy Story (“La granja de los animales. Un cuento de hadas”). Ese es el título que le dio George Orwell (seudónimo de Eric Arthur Blair) a una novela tan revolucionaria como exitosa, que ha sido traducida como Rebelión en la granja, y que vio la luz en un momento con ciertos paralelismos con el nuestro: la crisis del modelo político, las amenazas a la libertad y el regreso de la censura…  

Las diferencias también son grandes, porque en 1945 se iniciaba la era atómica, la política de bloques y la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Es evidente que la sátira de Orwell está ligada a un contexto diferente, pero es capaz de dialogar con todas las épocas. Por supuesto también con la nuestra, en aspectos como el abuso de poder o el valor de la libertad de prensa.    

Con esta fábula satírica Orwell se propuso denunciar la traición de los ideales revolucionarios tanto en la Rusia de Stalin como en cualquier otra sociedad regida por el despotismo. Su antifascismo y antiestalinismo estaba marcado por su defensa a ultranza de los valores de la libertad y la igualdad, que impregnan todas las páginas de Rebelión en la granja, y que mantienen su vigencia en cualquier propuesta didáctica que hagamos hoy. 

4 propuestas para el aula con Rebelión en la granja

Estudiar la complejidad sociopolítica del siglo XX puede ser un reto en las aulas de hoy, pero al mismo tiempo es imprescindible para entender nuestras realidades y retos actuales. Por eso Rebelión en la granja es, además de una obra literaria de calidad, un recurso magnífico para acercarse a ello de una manera atractiva. 

Más allá del estudio literario de un clásico universal de la literatura, es mucho lo que se puede aprender de esta obra, y además, de una manera entretenida y divertida, porque el texto está regado de situaciones y personajes humorísticos.  

  • Politología animal

La fábula utiliza animales para caracterizar personajes históricos que se erigen en símbolos. ¿Por qué Orwell elige los cerdos como casta gobernante? Pide a tu alumnado que haga un recuento de los animales de la granja, y después elabora una tabla comparativa en el aula con personajes históricos que en ocasiones, el propio Orwell estableció: Trotski-Bola de Nieve, Stalin-Napoleón… Revolución en la granja ilustrado por Jesús Gabán

¿Qué características tienen cada uno de los animales? ¿Quiénes son una alegoría de los propietarios? ¿Y de los nazis? ¿Y de los líderes comunistas?  

Con esta actividad, el alumnado puede deshacer el camino andado por Orwell, que comenzó observando los animales para explicar la lucha de clases: “Se me ocurrió que si esos animales cobraran conciencia de su fuerza, no tendríamos ningún poder sobre ellos”.

  • Lecciones de historia… con la mirada en la actualidad

Adentrarse en las características de grandes movimientos políticos en el siglo XX como el imperialismo, el fascismo o el estalinismo, no es sencillo. Sin embargo, fenómenos como la “Guerra Fría”, término acuñado por Orwell para describir la relación entre los Aliados y la Unión Soviética, están descritos en Rebelión en la granja de manera alegórica y mediante la personificación de animales, por ejemplo, en la relación entre el líder porcino Napoleón y Pilkington, el dueño de la granja Foxwood.  

El contexto de Rebelión en la granja es la Gran Bretaña de los años cuarenta del siglo pasado, pero cuestiones que aborda como la manipulación del lenguaje con fines políticos, están a la orden del día. A partir de un análisis de los discursos del cerdo Chillón (Squealer) -portavoz de Napoleón-, pide al alumnado que busque ejemplos actuales de tergiversación de la realidad y propaganda. 

Y, a partir de ese trabajo, organiza un diálogo en el aula con el tema: ¿Cómo se puede impedir la corrupción política? ¿Cómo podemos preservar la democracia?      

  • La libertad de prensa

Orwell escribió un prólogo a la primera edición de Rebelión en la granja que no se llegó a publicar, en el que hablaba sobre la libertad de prensa; una cuestión que él conocía de primera mano, porque había ejercido de periodista desde el inicio de la guerra.     

Pide en el aula que busquen noticias sobre los ataques a periodistas que les impiden ejercer su trabajo. Puedes apoyarte, por ejemplo, en documentos de Amnistía Internacional o de Reporteros sin fronteras.       

Un proyecto colaborativo interesante es la elaboración de un mapa de las amenazas a la libertad de prensa, que permite apreciar la importancia para la calidad democrática de un Estado.     

  • El papel de la religión

Siguiendo la propuesta didáctica de Francisco Antón respecto a las promesas del Paraíso del cuervo Moisés, y su estrecha relación con el señor Jones y con los dirigentes porcinos, pide una reflexión en el aula: 

¿Cuál crees que es el propósito de las prédicas de Moisés? ¿En qué coincide ese objetivo con las palabras de Karl Marx respecto a la religión (“la religión es el opio del pueblo”)? ¿Crees que el verdadero mensaje cristiano se corresponde con esas ideas sobre la religión? 

¿El clásico o la adaptación?

Hace unos días, una profesora nos decía que sus alumnos “querían leer siempre versiones adaptadas porque las entienden mejor”. La distancia y el miedo que genera un clásico -por cuestiones como la extensión o las fórmulas lingüísticas- suele dificultar el acceso en las diferentes etapas educativas.       

Por eso, un acercamiento gradual y adaptado siempre dará mejores resultados. El gusto estético se educa: aunque a veces lo olvidemos, eso ya lo sabían los padres de la estética en el siglo XVIII, desde Hume hasta Kant pasando por Diderot y Winckelmann.  

Revolución en la granja libro Orwell

Es decir, que lo decisivo es enseñar que la lectura es una actividad placentera, y que además, en ese placer, nos enriquece, como demuestra por ejemplo, la experiencia del proyecto Yo también veo gigantes. Como dice Francisco Antón, “nunca hemos de olvidar que la literatura, como el cine, como otras formas de expresión artística, están pensadas para producir placer”.

En esta fiel adaptación, Eduardo Alonso agiliza la narración y crea vivos diálogos que la amenizan. El volumen incluye una introducción, notas aclaratorias sobre el léxico y el contexto histórico, y una amplia propuesta de actividades para sacarle todo el partido en el aula. Las ilustraciones de Jesús Gabán redondean una experiencia Rebelión en la granja libro Orwelllectora muy atractiva. 

Después de la adaptación, es momento de abordar la obra, con las fantásticas ilustraciones de Svetlin. La edición cuenta con un apéndice de gran valor, que incluye el prólogo -no publicado- a la primera edición sobre la libertad de prensa, y el prólogo a la primera edición ucraniana, donde Orwell expone su posición frente al régimen soviético en Rusia. Además, se incluye una amplia introducción, notas aclaratorias y una guía de lectura con análisis literario, textos auxiliares y actividades.  

Si has llegado hasta aquí, no te pierdas «Yo también veo gigantes», un proyecto para enamorarse del Quijote, o esta propuesta didáctica de Lorca.       

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1 Comment

  1. 1
    ELI PENSADOR Y CREATIVO

    Excelente artículo, aunque no solo nos basamos en una versión, ésta me ha gustado bastante, debemos leerla muy bien a la luz de la Historia.

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