Parece que la llegada del coronavirus ha puesto entre paréntesis las preocupaciones medioambientales que se habían ido extendiendo en los últimos años. Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo no para, y que nos encontramos ante una terrible crisis ecológica de doble gravedad: por un lado, la terrible crisis climática asociada al calentamiento global, y por el otro, la preocupante pérdida de biodiversidad, que nos sitúa ante la sexta extinción masiva y la primera provocada por el hombre. Por supuesto, ambas perspectivas nos afectan enormemente en cuanto que especie y que sociedad, y es de la mayor urgencia actuar y tomar las medidas necesarias para proteger el medio ambiente.
El año 2030: un año importante para el medio ambiente
En abril de 2016, los representantes de las principales naciones del mundo firmaron el célebre Pacto de París para el medio ambiente. En él, se establecía la necesidad de reducir las emisiones contaminantes a fin de suavizar el aumento de la temperatura en los próximos años. El objetivo es que, durante esta década que empezamos, el aumento de la temperatura no aumente más de dos grados centígrados en relación a la época preindustrial, aunque lo óptimo sería mantener este umbral por debajo de los 1,5 ºC. La fecha crítica que se marcó como meta y punto de inflexión para el cambio fue el año 2030.
Aunque la situación es grave, lo cierto es que los gobiernos de la mayoría de los países han avanzado muy poco en esa dirección. Sin embargo, no todo son malas noticias: entre el año 2018 y 2019, el descontento popular por la inacción de las instituciones estalló en forma de protestas sociales que, con organizaciones como Fridays for Future y Extinction Rebellion, hicieron un gran trabajo en la concienciación ciudadana. Lo más llamativo de estas protestas, por cierto, es que los principales participantes eran muy jóvenes, y muchos de ellos incluso niñas y niños, como es el caso de la popular activista Greta Thunberg.
Esto nos muestra la preocupación de los menores por la situación ecológica y su gran voluntad de cambio. Se trata de un atisbo de esperanza que desmiente la imagen del joven apático y nos muestra un gran potencial transformador. Pero para que el cambio sea posible, es importante seguir concienciando a los niños y adolescentes y reflexionando con ellos sobre nuestra relación con la naturaleza, a fin de formar ciudadanos conscientes y ecológicamente responsables. En este proceso, desde luego, la escolarización tiene un papel esencial. Por ello, para celebrar el día mundial de la educación medioambiental, te proponemos algunas ideas para llevar este debate al aula.
Actividades para enseñar a respetar el medio ambiente
Hablar de la situación:
Lo primero es llamar las cosas por su nombre. No se trata de sembrar el pánico, pero es importante que los niños sepan lo que está pasando y, sobre todo, cómo se pueden cambiar estas dinámicas. En este sentido, es fundamental poner el acento en las soluciones a su alcance y no tanto en lo negativo de la situación, y mostrarles todo lo que pueden hacer ellos como individuos.
Expliquémosles que los pequeños cambios suman, y mucho: reciclar, ahorrar agua, evitar el ciclo del consumismo (ropa, juguetes, móviles de última generación…), reducir el consumo de carne, usar la bicicleta o el transporte público, etc. También puede ser muy interesante organizar debates en clase y que sean ellos mismos quienes lleguen a estas conclusiones. No olvidemos que los niños de hoy serán los adultos (y los líderes) del futuro, de modo que su responsabilidad y su actitud marcarán sin ninguna duda la diferencia.
Enseñarles a observar la naturaleza que los rodea:
Si queremos que niños y niñas aprendan a querer y a cuidar el medio ambiente, el primer paso es que tengan un contacto directo con la naturaleza que los rodea. Si hablamos de la naturaleza como entidad abstracta siempre será más difícil sensibilizar a los niños que si pueden verla, apreciarla y disfrutarla. En un entorno rural, desde luego, esto será mucho más fácil, pero en una ciudad también hay numerosas oportunidades para ello.
¿Sabías que en cualquier parque o jardín urbano es fácil llegar a observar decenas de especies diferentes de aves? Si los niños son capaces de fijarse en ellas y en otros animales y plantas, si pueden reconocerlos y ponerles nombre, es mucho más probable que desarrollen un vínculo emocional fuerte con la naturaleza. Por lo tanto, es muy buena idea sacar a los alumnos de la escuela, mostrarles la fauna y la flora que los rodea, explicarles curiosidades y plantearles actividades entretenidas. Una posible actividad, por ejemplo, es incitarles a hacer listas y a comparar quién ha podido avistar más especies distintas. ¡De este modo se divertirán al tiempo que aprenderán más sobre su entorno!
Organizar actividades de voluntariado medioambiental
Una manera de reforzar el compromiso de niños y niñas con el medio ambiente es implicarlos activamente en su cuidado. Establecer dinámicas de voluntariado o participar en actividades guiadas de concienciación ambiental les ofrecerá una experiencia de primera mano de la naturaleza y también una oportunidad de crecimiento personal. Asignarse un espacio verde y encargarse de su limpieza, hacer germinar y plantar árboles autóctonos, asistir al seguimiento de cajas nido o a sesiones de anillamiento de aves, participar en la gestión de un huerto escolar… ¡Las posibilidades son infinitas!
Involucrar la escuela en un proyecto de Aprendizaje-Servicio medioambiental
La idea expuesta en el punto anterior puede llevarse todavía más lejos planteando en la escuela un proyecto de aprendizaje-servicio. En este caso, lo ideal es que los alumnos barajen las diferentes posibilidades y elijan ellos mismos el proyecto que más interesante les parezca; de este modo lograremos que se sientan más implicados. El docente puede ayudarles guiándoles en los pasos a tomar, pero es muy probable que una buena lluvia de ideas haga surgir algunas propuestas muy sugestivas.
Lo que resulta especialmente atractivo de los proyectos de aprendizaje-servicio, a parte del mayor compromiso por parte de los estudiantes, es que los propios alumnos y alumnas pasan a formar parte del eslabón educativo, llevando a cabo ellos mismos acciones de concienciación que tendrán un impacto en sus familias y comunidades.
Si estás interesado en aplicar esta estrategia en tu centro pero no sabes por dónde empezar, te dejamos aquí una lista de proyectos de aprendizaje-servicio medioambientales reunida por Roser Batlle, una de las mayores valedoras de esta metodología en España. ¡Esperamos que te sirvan de inspiración!
Vídeos para reflexionar y debatir
Los materiales audiovisuales son una herramienta muy útil, ya sea para dar a conocer mejor el problema, o bien para reflexionar sobre sus posibles soluciones. En internet existe un gran número de cortometrajes o documentales que puedes usar en tus clases con niños de distintas edades. A continuación recogemos una selección de algunos de estos materiales que pueden resultarte de interés para trabajar la crisis ecológica en el aula:
El suelo. Cuidemos la Tierra
Equilibrium (Algarabía Animación):
Wake Up Call (Steve Cutts):
El ultimátum evolutivo (Pablo Llorens):
Abre los ojos (Frank Evangelista):
The Turning Point (Steve Cutts):
Otros recursos
Cada vez existe mayor conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y es más fácil encontrar materiales útiles para usar en la escuela: desde infográficos y contenidos informativos, como estos que propone ISGlobal para hablar de la importancia de las ciudades verdes, hasta videojuegos educativos como My Green Energy Planet, impulsado por la asociación ecologista WWF y que pretende concienciar sobre la necesidad de usar energías renovables. La variedad, como puedes ver, es amplísima.
En Vicens Vives creemos que es fundamental transmitir a niños y niñas el respeto por el medio ambiente, por lo que en nuestro catálogo de VV Kids podrás encontrar también la colección Salvemos el planeta. En ella, los más pequeños podrán conocer algunos referentes del mundo de la ecología con Eco Héroes, y descubrir qué acciones tienen a su mano para ayudar el planeta mediante el reciclaje, el ahorro de agua, la reducción del consumo de plásticos, y de muchas maneras más.
Si te ha interesado este artículo, no te pierdas 6 actividades para fomentar el cuidado del medioambiente, 9 aplicaciones para concienciar sobre el cambio climático en el aula y 6 actividades para preservar la diversidad biológica.
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