David Neyhart y Joanne Johnson

Entrevistamos a David Neyhart y Joanne Johnson, director y responsable pedagógica respectivamente de CIC, Escuela de Idiomas, una entidad avalada por más de 50 años dedicados a la organización de cursos de idiomas. Tratamos con ellos sobre la importancia del aprendizaje, las metodologías más adecuadas y la trascendencia que tiene saber motivar a los estudiantes para que se sientan atraídos por los idiomas.

Imagen de David Neyhart y Joanne JohnsonDavid Neyhart recuerda al señor Roper, profesor de inglés en su último año de secundaria. Tenía una voz maravillosa y era muy animado. También era un pianista de jazz consumado. Cuando leía poesía, la dotaba de vida con su entonación y su lenguaje corporal. Oír y ver la poesía en vivo, en vez de solo leerla o, aún peor, estudiarla, despertó su interés por la lengua. Por su parte, Joanne Johnson tiene un recuerdo especial sobre la irrupción de la señora Cammish en las clases de historia, de la que no recuerda que les pusiera un solo examen y si lo hubo, está claro que no le dio importancia. Eran alumnos de una escuela pública rural en los campos de Lincolnshire, pero ella los transformó en abogados de Carlos I de Inglaterra durante la guerra civil inglesa. También actuaron como periodistas durante la invasión romana de Britania y escribieron un diario durante la Gran Peste de Londres del siglo XVII. Les transportó a esos momentos y, gracias a ella, se convirtió en historiadora de por vida.

¿Existe una edad ideal para empezar a aprender un idioma?

La experiencia nos ha enseñado que estudiantes de diferentes edades consiguen aprender. En cierto modo depende de los objetivos personales, de la motivación y de su entorno fuera de la escuela. Si hablamos de desarrollar la habilidad oral e interiorizar la musicalidad de un idioma, empezar a una edad temprana puede ser beneficioso. Vemos que los alumnos más jóvenes reproducen estos elementos fantásticamente. Sin embargo, si el objetivo está centrado en hablar, leer y escribir el idioma, empezar más tarde no debería ser un problema.

¿Hay personas que tienen una mayor facilidad para aprender idiomas?

Tener facilidad para los idiomas se considera importante, pero no es necesariamente un factor suficiente ni el único en juego. Es como aprender cualquier otra cosa; algunas partes del aprendizaje o algunas competencias en particular pueden ser más fáciles para algunos niños, pero todo el mundo tiene que dedicar tiempo y esfuerzo para conseguir un nivel de dominio elevado.

¿Es necesario tener alguna habilidad específica para aprender bien un idioma?

Una característica que hemos visto que resulta bastante útil a la hora de comunicarse es no tener miedo de equivocarse y arriesgarse. Los alumnos más desinhibidos disfrutan más de las clases y tienen más oportunidades para aprender el idioma.

¿Cuáles son los retos actuales en la enseñanza de idiomas?

Está claro que, con la COVID, dar clases en línea es el mayor reto al que nos enfrentamos. Por otro lado, antes de la pandemia ya se observaba un cambio en las generaciones más jóvenes de estudiantes. Antes los alumnos solo estaban expuestos al idioma en el aula. Ahora tienen acceso ilimitado al idioma en Internet. Hemos observado lo que llamamos el “efecto Netflix”, especialmente en los últimos cinco años. En las pruebas de nivel que hacemos, la parte oral de los alumnos es mucho mejor que otros años y puede superar de mucho a su nivel escrito. Puesto que tienen tantas fuentes y géneros lingüísticos en Internet, el verdadero reto es adaptar el plan de estudios a una metodología más oral y basada en proyectos.

¿Nos pueden poner algún ejemplo?

Si un niño o niña sabe usar la voz pasiva en una conversación, quizá no hace falta enseñarle ese elemento de la gramática de forma explícita. Tenemos que crear situaciones en las que los alumnos puedan usar y perfeccionar la lengua que ya han adquirido indirectamente o de manera más informal.

¿Las metodologías de aprendizaje son válidas para cualquier idioma o se debe adaptar la enseñanza en función de cada lengua?

En principio, sí. Se puede pensar que una metodología que es efectiva para enseñar un determinado idioma también funcionará en otros. La clave es que los estudiantes estén motivados y que se les ofrezca un contexto en el que puedan usar el idioma extranjero de manera que le encuentren sentido. Por otro lado, factores como la cultura y las normas culturales, un alfabeto compartido o pertenecer a la misma familia lingüística, afectan a la metodología y al tiempo que hay que dedicar a los ejercicios para aprender el idioma.

¿Qué metodologías creen más convenientes para enseñar idiomas en centros educativos?

Nos decantamos por un enfoque ecléctico y elegimos las metodologías según la edad, los objetivos y el tipo de alumnos. No creemos que exista una fórmula mágica para todos los estudiantes. Las metodologías que usamos en nuestra escuela tienen unos elementos básicos imprescindibles, que son la comunicación en la lengua extranjera, los ejercicios para que consoliden nuevo vocabulario y el aprendizaje colaborativo. Aun así, seguimos recurriendo a metodologías tradicionales en determinadas situaciones y con algunos grupos, cuando observamos que son efectivas.

¿Los profesores están preparados para la enseñanza de idiomas en las escuelas?

En este país no se valora lo suficiente el trabajo de los profesores de lenguas en las escuelas. A menudo, trabajan en condiciones que dejan bastante que desear, con grupos grandes formados por alumnos de diferentes niveles,  y en los que se imponen los mismos objetivos para todos los estudiantes. Siempre que vamos a conferencias, como la ELT Convention de la APAC en Barcelona, somos testigos de una dedicación y un entusiasmo desbordantes que dan fe de la labor de los profesores. Enseñar es, ante todo, una vocación y requiere implicarse de verdad con los alumnos y su aprendizaje. No cabe duda de que la formación es importante, pero también lo es apoyar al profesorado y crear una red de profesionales de calidad.

¿La enseñanza de idiomas tiene suficiente peso en los programas de estudios?

Es difícil hablar en términos generales, dado que el proyecto de cada escuela tiene un contexto distinto y las horas de clase no son las mismas. Quizás, más que la cantidad de horas o de contenido en un plan de estudios, lo que importa es despertar el interés de los alumnos por los idiomas, otras culturas y el mundo en general. Ese interés los motiva a investigar más y a dedicar más tiempo a conocer otros idiomas y otras culturas.

¿Qué idiomas consideran que se deberían enseñar en los colegios?

La Unión Europa recomienda que se aprendan dos lenguas extranjeras. Crear un programa de estudios de lenguas depende de un abanico de factores como la realidad lingüística de la escuela, los estudiantes originarios de otros países y los objetivos académicos y profesionales.

¿Cómo se puede motivar a un estudiante para que aprenda idiomas?

La experiencia nos demuestra que un factor clave es un enfoque motivador que ponga énfasis en lo positivo, sobre lo que los alumnos saben hacer, en vez de destacar lo que no saben y sus errores. Partir de los puntos fuertes de los estudiantes, ya sea una habilidad lingüística o social, es una garantía de éxito. Y con cada éxito, por pequeño que sea, los estudiantes se motivan más para mantener el nivel de esfuerzo necesario para aprender la lengua. También es esencial tener en cuenta sus intereses fuera del aula, descubrir qué les despierta la curiosidad y qué conocimientos tienen. ¡Es un hallazgo encontrar algo sobre lo que un adolescente quiera hablar durante un rato!

¿Aprender idiomas aporta a los estudiantes ventajas en otras asignaturas?

Sí, sin lugar a dudas. A partir del aprendizaje de un idioma se desarrollan conocimientos culturales y sobre el mundo en general, se aprende a hablar en público, a ser más creativo y empático y a adquirir confianza en uno mismo. Además, aprender lenguas también ayuda a desarrollar el pensamiento crítico, a trabajar en equipo y permite adquirir competencias transversales en redacción académica

¿Qué les recomendarían a los docentes en cuanto al aprendizaje de idiomas?

Lo más importante es ver a los estudiantes como personas individuales, no como un grupo; conocer a cada alumno a nivel personal. También es fundamental divertirse investigando qué funciona y qué no en el aula, tener sentido del humor y disfrutar siendo creativo. Uno de nuestros profesores más veteranos siempre dice que, “no somos cirujanos. Podemos cometer errores y aprender de ellos”. Lo mejor de ser profesor es que aprendemos constantemente junto a los estudiantes.

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