Mónica Díaz-PonteExperta en marketing digital y autora del libro «Conectad@s sin apagar el cerebro». A través de sus palabras y escritura nos enseña cómo el uso cotidiano de la tecnología está afectando a los niños y cuáles son las posibles soluciones para tener una vida equilibrada, en una era tan cambiante e influenciada por la adicción a todo lo digital. Además, es profesora de Postgrado de ESIC Business & Marketing School.

Escucha la entrevista en nuestro podcast Esta Me La Sé:

O la puedes leer en en el blog:

Cómo experta en educación digital, ¿cuáles son las consecuencias para los estudiantes del mundo online?

Se nos abrió un camino, que no cabe duda de que es muy interesante para la adquisición de conocimiento, pero nos ha pillado con poca capacidad de discernir entre aquello que es real de lo que no lo es, de aquellas fuentes que son óptimas de las que no lo son. Nos enfrentamos a un gran mundo lleno de matices y posibilidades, pero ni padres, alumnos o profesores hemos recibido una formación, que nos permita aprovecharlo de la mejor manera. Además, nos llegaba el tsunami de las RRSS invadiéndolo todo, con todos los peligros que conlleva. Por ello, uno de los motivos por lo que he escrito un libro, es para mostrar que los chavales están absolutamente solos ante esta realidad. La cuestión no es el tiempo que dejamos a nuestros hijos en Internet, la cosa es que deben lidiar con todos sus peligros. Este es el escenario, muy positivo por una parte, pero también muy peligroso por otra.

Precisamente sobre los peligros… ¿Cómo padres y profesores pueden proteger a sus hijos y alumnos?  

Me parece muy complicado, yo soy de la generación de la EGB, no somos nativos digitales. Nos relacionamos con nuestros hijos o alumnos sin formación de ningún tipo y no tenemos suficientes conocimientos. Siempre aconsejo a los docentes que dediquen tiempo a encontrar los mejores recursos, para dotar a sus estudiantes de herramientas interesantes que les ayuden a desarrollar el espíritu crítico y la capacidad para analizar fuentes fiables. Esto también se hace en algunos colegios, pero en muchos casos, por voluntad propia de un determinado profesor.

 Y en un hogar…

En el caso de los padres, por ejemplo, recomiendo meter el entorno digital como parte de las charlas en las comidas y las cenas familiares. Hay que naturalizar que nuestros hijos transitan en un mundo online, y evitar determinados lenguajes que comportan culpa y rechazo, ya que, con ello, provocaremos que nos oculten algo que forma parte de su vida. Nos tenemos que sentar con ellos y que nos enseñen los contenidos que consumen, hay cosas súper interesantes, pero también hay casos en que  pueden estar siendo educados por personas que no son las adecuadas. Hay que compartir mucho más y dejar de criticar. Hace poco un chaval de 12 años en un colegio nos contó que con 8 años visionó en Internet una decapitación real. Le pregunté, sabiendo la respuesta, si lo contó en su casa, y nos dijo que no, ya que, si lo hacía, no le dejarían volver a entrar en Internet. Pienso que este ejemplo ilustra a la perfección a lo que me refiero.

¿Cómo debería ser el plan de estudios ideal para sacarle el máximo rendimiento a las nuevas tecnologías en clase?

 A menudo se comete el error de pensar que la tecnología consiste en dar un iPad y mandar a los estudiantes que hagan los deberes con una Tablet. La tecnología no son exclusivamente máquinas, tiene que ver con la manera cómo la utilizamos, y esto es lo que debemos enseñar. Por tanto, pienso que la tecnología sí debería estar en un plan de estudios, pero desde la perspectiva de uso, herramientas y, sobre todo, orientada a fomentar criterio y a conocer fuentes. Debe ayudar a diferenciar entre un recurso útil del que no lo es. Otro tema muy importante sobre el que deberíamos alertar es la huella digital, el derecho a no ser recordados. Actualmente, los chavales no tienen derecho al olvido, lo que hacen a determinadas edades les va a perseguir el resto de sus días. ¿Quién les explica esto?

 ¿Debería existir una asignatura específica en las escuelas sobre tecnología?

Sería interesante, deberíamos reglarla para enseñarles cuál es su propio yo digital, ya que no son conscientes de las consecuencias que todo esto tiene. Pero, además, tal y como ocurre en la sociedad, la digitalización debe estar presente en cualquier asignatura. Si quieres estudiar arte, tienes a tu alcance el Museo del Prado y si quieres aprender un idioma tienes multitud de comunidades online que pueden ayudarte.

¿Consideras que las escuelas que mantienen la educación tradicional y que no incorporan las nuevas tecnologías están totalmente desfasadas? 

No, en absoluto. Seguiría enseñando latín y con esto lo digo todo. Creo que hay que ser un gozador del mundo real y disfrutar del mundo online. Podemos beneficiarnos de todo. No creo en estos colegios súper tecnológicos en que los niños desde los tres años están con máquinas, pero tampoco en que, teóricamente, los trabajadores de Silicón Valley no dejen que sus hijos entren en contacto con la tecnología. Hay que aprovecharlo todo y sin extremos, lo que considero una educación mixta. En mi reciente libro propongo recorrer nuestra ciudad utilizando un mapa interactivo y, aprender de ellos, para visitar las cosas más interesantes. Pienso que es un buen ejemplo de cómo la tecnología puede sumar, sin perder el contacto con la realidad.

Si los niños son adictos a los videojuegos o al móvil ¿Cómo podemos aprovecharlo para que tenga consecuencias positivas en un entorno educativo?

Con esto que comentas abrimos un melón complicado. El otro día estaba en una tienda y me encontré con simuladores de móvil para bebés de tres meses, de seis, de 12 meses… Si partimos de la base de que a estas edades ya ponemos en sus manos algo parecido a un móvil, después no nos lamentemos con las adicciones. Es un tema muy duro en general, no solo para los niños, si bien para ellos más, ya que como he dicho, están muy solos y son mucho más vulnerables. La adicción requiere de la intervención de profesionales y no podemos dejarla pasar. Otra cosa es cómo podemos aprovechar la afición a los videojuegos o los móviles.

¿Cómo podemos hacerlo?

Tampoco soy partidaria de esta manía que tenemos con la gamificación, parece que todo tiene que ser aprender jugando. Pienso que tenemos que enseñar  a aprender a aprender. No hay que dar juegos todos los días enfocados al aprendizaje. Es interesante aprovechar algunas herramientas que hacen lo que consideramos aprender haciendo. Podemos utilizar el online para eso, pero no siempre pensando: como les gustan los videojuegos vamos a utilizarlos en clase. Una cosa es jugar y otra cosa es aprender y no tiene que ser aburrido. También hay una cosa que se llama memorizar repitiendo, o las reglas mnemotécnicas. Hay que memorizar, además de tener espacios para el juego y la diversión.

Últimamente se está hablando mucho de la Inteligencia Artificial ¿Qué papel deben jugar aplicaciones como el chat GPT en el aprendizaje? ¿Lo ves como una oportunidad o una amenaza? 

Soy una entusiasta de la IA y tenemos que plantearnos cómo vamos a trabajar con ella, porque va a estar ahí, sin ninguna duda. Es un tema muy complejo en el terreno de la educación. El otro día le pedí a Chat GPT que me hiciera un soneto y el resultado fue espectacular. Me imagino que si esto lo planteas en un aula y un estudiante se va al chat GPT, se lo escupe en segundos. Desde esta perspectiva va a ser muy complicado y tenemos que empezar a ver cómo trabajamos en clase, ya que, en casa, lo que son los deberes tradicionales, con estas herramientas deben cambiar. La vigilancia tampoco es la solución, la cuestión es, ¿vamos a ser capaces de mandarles trabajos en los que hay que tener muy clara la relación con el conocimiento?

¿Puedes explicarnos un poco más?

Soy una adicta al estudio y he seguido una carrera en Inglaterra, y allí los exámenes me los dejaban hacer con libro, pero de manera que, si no entiendes profundamente los conocimientos no vas a poder contestar. Hay que empezar a pensar en aquellas preguntas que nos pueden dar respuestas adecuadas si sabemos relacionarnos correctamente con el ChatGPT. Esta será la prueba de descubrir si nuestros alumnos han metabolizado de verdad los conocimientos, y no simplemente han memorizado un apartado en concreto. Por el contrario, recientemente, he empezado a estudiar psicología y estoy un poco frustrada, ya que hacemos trabajos que se contestan con el libro y esto es lo que puede hacer ChatGPT. Sin embargo, todo aquello que requiera llegar a conclusiones u opiniones es donde un estudiante igual no va a saber preguntar. En general, es una unidad de conocimiento súper positiva, pero cuidado… que también miente, cuando algo no lo sabe, no siempre deja de contestar, con lo cual a veces no es una fuente fiable. Por tanto, de nuevo, el criterio es básico. Se abre una revolución, pero hay que potenciar el desarrollo de criterio y fomentar el razonamiento.

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