Presenciamos constantemente debates sobre cómo personalizar el aprendizaje, sobre los mejores métodos para conseguir esta meta. Pero es importante que reflexionemos el porqué para encontrar el cómo.

Hemos querido plantear esta pregunta a tres expertos en la materia para que nos expliquen por qué es importante la personalización del aprendizaje. Esto es lo que ellos opinan.

César Coll

Profesor de psicología de la educación en la Universidad de Barcelona

Hay pocas dudas de que las dificultades que manifiesta un sector creciente del alumnado, sobre todo de educación secundaria, para atribuir sentido y valor personal a los aprendizajes escolares está directamente relacionado con la escasa o nula personalización que caracteriza, en general, estos aprendizajes.

Personalizar el aprendizaje implica un paso más en la dirección de la atención a la diversidad. Personalizar el aprendizaje implica prestar atención a la voz y los intereses del alumnado, y reconocer y aceptar su capacidad para tomar decisiones y controlar sus propios procesos de aprendizaje.

Actualmente la personalización del aprendizaje es ya en buena medida una realidad fuera de las instituciones de educación formal. Para que las escuelas e institutos puedan seguir cumpliendo con eficacia la función de facilitar, promover y orientar los procesos de desarrollo y socialización de las personas, es necesario que la personalización del aprendizaje sea también una realidad en su interior.

Javier Tourón

Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR

El aprendizaje es un logro estrictamente personal del que aprende. Todos somos protagonistas de nuestro aprendizaje, y en la tarea de aprender no podemos ser sustituidos; sí ayudados, sí apoyados, sí guiados, pero no sustituidos.

Cada persona tiene unas condiciones personales y contextuales (familiares, sociales, escolares) diversas, lo que exige una atención diferenciada en muchos momentos de su proceso educativo.

Los alumnos no aprenden todos del mismo modo, ni a la misma velocidad, ni tiene los mismos intereses, gustos o aficiones. Tampoco su capacidad potencial es la misma, aunque lo sea la edad. Por ello, ¿como es posible organizar la escuela basándose en la edad? ¿No debería hacerse de acuerdo con la capacidad de aprender?

Disponemos de tecnología y recursos para hacer una educación a la carta, realmente la única que se puede llamar educación. ¿Queremos hacerlo?

Salvador Rodríguez

Pedagogo, blogger, formador y asesor en innovación educativa, creatividad, educación emocional y educación en valores. Actualmente es asesor pedagógico en el ámbito editorial.

Todas las personas somos distintas, nos motivan cosas muy diversas, nos emocionan cosas muy dispares. Pero todos tenemos algo que nos apasiona, que mueve nuestra existencia, que nos incita a actuar, que nos anima a levantarnos si caemos.

Por eso, si queremos que la educación cumpla de manera eficaz y exitosa con su función, debemos descubrir cuál es ese «elemento», en palabras de Ken Robinson; cuál es esa «chispa», que así es como la denomina Kristine Barnett.

Cada día estoy más convencido de que es ineficaz enseñar a todo el mundo de la misma forma. No existe un modelo único de educación, igual que no existe un único tipo de persona. La educación no debe dirigirse a un «yo colectivo» sino a un «yo individual», es decir, debemos adaptar nuestra forma de enseñar a las características, habilidades, destrezas e intereses de cada uno de nuestros alumnos.

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