Si hay algo que quita el sueño a padres y madres, son los problemas para dormir de los niños y niñas. Es habitual que a los peques les cueste el momento de irse a la cama, intentando remolonear lo más posible y alargando el momento de meterse entre las sábanas.
Las consecuencias de los problemas para dormir en niños y niñas
La falta de sueño o la mala calidad de este tiene consecuencias negativas y visibles en los niños y niñas, afectando especialmente a la memoria y al estado de ánimo. Un sueño infantil correcto en cantidad y calidad es necesario para recuperar energía y ayuda a restaurar el cerebro y otros órganos para que funcionen correctamente. ¡El sueño tiene una función reparadora y reguladora del organismo!
Pero, ¿cuántas horas deberían dormir los niños y niñas? A partir de los 3 años lo recomendable es que duerman alrededor de 11 horas ininterrumpidas, una cantidad que irá disminuyendo progresivamente a medida que se hacen mayores, estableciéndose en aproximadamente 9 horas a partir de los 10 años.
Algunas ideas para superar los problemas para dormir
Recuerda que es importante la firmeza y seguridad de los familiares para que el peque consiga adquirir la rutina de sueño correctamente, manteniendo las decisiones y los hábitos marcados previamente.
- Establecer un horario fijo: Determinar la hora de irse a la cama y la de levantarse y mantenerla cada día es un paso imprescindible a la hora de ayudar a los más peques a conciliar el sueño. El cuerpo se acostumbrará al ritmo establecido, preparándose para dormir y despertarse en el momento correcto.
- La importancia de las rutinas: Ponerse el pijama, lavarse los dientes, preparar la ropa y mochila para el día siguiente… cada familia puede establecer las tareas y rutinas que se adapten a sus necesidades y a las habilidades de los niños y niñas, pero sea cual sea la secuencia de acciones es importante fijarla para darles seguridad y un ambiente predecible.
- El espacio perfecto para conciliar el sueño: Igual que con los horarios, también es muy útil establecer un mismo lugar para dormir, que en principio debe ser su propia cama, evitando que duerma con adultos o con hermanos y hermanas. Además, para prevenir los problemas para dormir es importante vigilar la correcta temperatura y ventilación de la habitación, y procurar que utilicen ropa holgada y cómoda.
- Un baño para relajar cuerpo y mente: Un baño o ducha de agua tibia ayuda al cuerpo a calmarse y a entrar en calor. El agua caliente logra relajar los músculos y transmite una sensación de bienestar, que ayuda a poder dormir de manera profunda y reparadora.
- La actividad física, ¡imprescindible!: En los peques, el deporte o la actividad física por las tardes favorece el descanso nocturno y alivia los frecuentes problemas para dormir. El agotamiento físico facilita el sueño, así de sencillo. ¿Quién no ha dormido del tirón después de un día repleto de actividades deportivas?
- Siempre con el estómago vacío: Son ya muchos los expertos que recomiendan cenar como mínimo dos horas antes de ir a dormir para dar tiempo al cuerpo a realizar la digestión antes de meterse en la cama, y poder disfrutar de un sueño más reparador. Además, adelantar la hora de la cena ¡es un hábito que tendrá ventajas para todos los miembros de la familia!
- Actividades relajantes antes de dormir: Evitar las pantallas en las horas previas a irse a dormir es imprescindible si quieres conciliar el sueño en menos tiempo, como afirma este estudio. Es preferible elegir actividades tranquilas y que acompañen al niño o niña a entrar progresivamente en un estado de relajación, como la lectura de cuentos o el yoga. Para esta última opción, te recomendamos el libro Juguemos a hacer yoga para ir a dormir (recuerda que también tienes la versión en catalán disponible).
Y tú… ¿qué trucos y consejos conoces para que los peques duerman bien? Si te interesa el tema, te recomendamos echar un vistazo también a nuestro artículo sobre los 10 beneficios de leer un cuento antes de dormir.
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