Un día como hoy hace 85 años, moría en un sanatorio francés la científica polaca Maria Skłodowska. Quizás su nombre no te suene, pero si mencionamos el nombre por el que se le conocía en Francia al tomar el apellido de su marido, Marie Curie, seguro que te suena un poco más. 

Sepas lo que sepas de ella, hablamos de una de las científicas más importantes de la historia y ganadora de dos premios Nobel. Sus contribuciones fueron muy importantes no sólo por su aplicación e influencia, sino porque incluso llegaron a crear nuevos campos científicos, como el de la física atómica.          

Sobre la base de los descubrimientos de Henri Becquerel sobre el uranio y su capacidad para emitir radiaciones, el matrimonio Curie se puso manos a la obra. En primer lugar investigando sobre la pecblenda, un mineral compuesto principalmente de óxido de uranio. 

Marie se dio cuenta que las muestras eran mucho más radiactivas que el uranio puro, de modo que junto a su marido Pierre se dispusieron a encontrar ese otro elemento desconocido. Primero encontraron un polvo oscuro radiactivo que llamaron Polonio, en honor al país de origen de Marie Curie, Polonia. Pero después aislaron una sustancia aún más radiactiva, que por eso bautizaron radio.    

El descubrimiento de las propiedades de esas radiaciones llevó a una transformación radical de los principios de la química y la física que se conocían hasta entonces. Por eso, al otorgarles el Nobel en 1903, el Presidente de la Real Academia Sueca los definió como “los heraldos de una nueva era en la historia de las ciencias físicas”.       

Todas esas investigaciones que habían arrancado con el descubrimiento de los rayos X por parte de Wilhelm Röntgen, también propiciaron el desarrollo de muchas aplicaciones médicas útiles, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento.  

¡Imagina por un momento la revolución que suponía ver el cuerpo sin necesidad de abrirlo! Marie Curie decidió aprovechar esos beneficios durante la Primera Guerra Mundial: creó unidades de rayos X móviles y se lanzó al frente de batalla, localizando fracturas, balas y restos de metralla en los soldados heridos.  

Y aunque hiciera falta mucha investigación médica, la radioterapia, utilizando elementos radiactivos naturales, se mostró pronto eficaz en el tratamiento de enfermedades.    

Tres lecciones de Marie Curie

Como has visto, la historia de Marie Curie está repleta de lecciones que sirven de motivación y son una excelente escuela de valores para los más pequeños. Aquí tan sólo te ofrecemos algunos ejemplos.  

  • Espíritu científico

Si hay algo que transmite el espíritu científico de Marie Curie es pasión por la investigación. Una mezcla de inconformismo, capacidad observadora, esfuerzo y necesidad siempre de saber más. Una actitud necesaria en cualquier campo del conocimiento. 

  • Generosidad

La vida y la obra de nuestra protagonista nos enseña que la investigación científica debe ponerse al servicio de ideales y valores humanos, como ella hizo de manera desinteresada. La lección de que el descubrimiento si tiene un valor, es el de compartirlo con el mundo.    

  • Una heroína femenina

Si existe una constante en la trayectoria de Marie Curie, son las dificultades que una y otra vez tiene que superar para seguir adelante. Por ejemplo económicas, cuando soñaba con ir a la Universidad. O de salud, cuando trabajó durante años expuesta a altas dosis de radiación. 

Pero si un obstáculo fue tan grande como injusto fue el hecho de ser mujer. Eso impidió que fuera aceptada en la Académie des sciences de Francia pese a contar con dos premios Nobel, o que tuviera que ser la primera mujer que se abriera paso como catedrática de la Sorbona.      

Marie Curie en las Historias GenialesPortada del libro Marie Curie

“Si algo he aprendido en la vida es que no debemos dejar que nada frene nuestra vocación (…) Por desgracia, siempre habrá quien crea que ser diferente significa, de alguna forma, ser inferior. ¡Demuéstrales lo equivocados que están! (…) Espero haber inspirado a muchas mujeres a estudiar una carrera científica a pesar de las dificultades que puedan surgir en su camino”. 

Con ese precioso mensaje para niños y niñas se despide Marie Curie en una de las novedades de nuestra colección de “Libros para saber más”. Un libro que acerca su figura y su ejemplo a los pequeños a partir de 6 años.

Con texto de Jane Kent e ilustraciones de Isabel Muñoz, se presenta una Marie Curie cómplice y cercana, que te cuenta su historia desde su infancia y primeros estudios en Polonia, hasta el legado de su hija y su nieta también científicas.  

Una línea temporal y un pequeño cuestionario final completan un volumen tan atractivo como inspirador. Y para ti, ¿cuál es la principal lección que podemos extraer para los más pequeños de Marie Curie?

Si te ha interesado, te gustará descubrir Leonardo da Vinci, una historia genial para los más pequeños o 6 grandes inventores para los pequeños lectores.

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