Estamos en plena 23ª Semana de la Ciencia, un evento dedicado a la divulgación científica de alcance europeo que se dirige especialmente a niños y jóvenes con el fin de fomentar su vocación. Y es que la divulgación siempre ha dado resultados. Si a muchos la serie Cosmos (1980) de Carl Sagan les llevó a estudiar el universo, la entrañable Mundo Submarino (1966) de Jacques Cousteau empujó muchos otros a explorar el océano desde la biología marina y a ser conscientes de su fragilidad.
Por eso, sigue siendo importante tanto la divulgación como llevar la ciencia al aula. ¡El propio Cousteau no era biólogo sino un explorador, con todas sus luces y sombras!
Por una parte alimentarás la curiosidad, y por otra fomentarás la conciencia ecológica fruto del conocimiento de la infinita riqueza natural. Pero debemos tener en cuenta también aquí los nuevos enfoques pedagógicos y no olvidar que el estudiante llega al aula con experiencias previas y debe tener un papel activo.
¿Qué supone llevar la ciencia al aula? Para poder comprender cualquier contenido científico es necesario entender cómo se ha llegado a él: el aula debe recrear, en la medida de lo posible, las condiciones de una comunidad de investigación. Es decir, tienes que incorporar la actividad científica en sus facetas principales:
- La observación empírica
¡No te olvides de guiarla hacia los detalles! La observación es algo que se entrena. En el caso de la biología marina, si te encuentras cerca del medio marino puedes reforzarla con visitas o bien con la ayuda de ilustraciones, pidiendo que dibujen lo que ven.
- Los modelos teóricos y abstractos
Son la representación mental que nos hacemos de todos los fenómenos. Conceptos para explorar el océano como el zooplancton o la acidificación del océano se comprenden mejor por analogía con imágenes cotidianas. ¡Tienes una oportunidad para aprovechar la imaginación desbordante de los primeros años!
- Los procedimientos y metodologías científicas
El corazón del método científico es la capacidad de hacerse preguntas. Si quieres generar el hábito, resulta muy útil considerar preguntas que permitan entender cómo se producen los mecanismos naturales, para comprender las causas fisiológicas y evolutivas. ¡Al explorar el océano y sus formas de vida no resulta nada evidente!
- La comunidad de investigación
Muy olvidada en la educación, pero el aspecto social de la ciencia es decisivo, porque el conocimiento científico se construye por consenso. Es importante transmitir la idea de que explorar el océano es una aventura colectiva de la que quedan muchos capítulos por escribir, y es algo en lo que participará toda la comunidad científica.
Explorar el océano para fomentar la sensibilidad
Además de la creatividad, la curiosidad y el espíritu crítico, competencias que nos enseña la ciencia, una de las divisas de explorar el océano debe ser conocer la biodiversidad para aprender a cuidarla.
Eso tiene que ver con la importancia de sensibilizar contra todas aquellas actividades humanas que tienen un impacto en la vida del océano. Estas son tres principales que debes tener en cuenta no sólo por la urgencia y gravedad de la amenaza, sino porque puedes proponer acciones concretas a los estudiantes para hacerles frente:
- Pesca
Es importante que los más jóvenes conozcan cómo llega en ocasiones el pescado a su plato y lo que implica. La sobreexplotación de determinadas zonas y especies y técnicas abusivas como la pesca de arrastre hace imposible que algunas poblaciones, como la del atún azul, puedan reponerse. ¡Organiza una campaña de sensibilización con ellos!
- Calentamiento del Océano
El calentamiento global, debido a factores como la emisión de combustibles fósiles entre otros, tiene efectos devastadores en el océano, provocando el desplazamiento de especies hacia los polos, además de un aumento del nivel del mar que está llevando a la desaparición de especies.
- Aumento de plástico
Seguramente sea el problema con el que los estudiantes estén más familiarizados. Es muy posible que conozcas la tristemente famosa “Isla de Basura” en el Océano Pacífico, una especie de vertedero oceánico de miles de kilómetros cuadrados.
Explorar el océano y conocer los secretos de las profundidades marinas
Exploradores del Océano. Secretos de las profundidades marinas es uno de los libros más completos y rigurosos de VVKids. A lo largo de 72 páginas, el libro concentra los dos aspectos de los que te hemos hablado: el conocimiento y la responsabilidad ética.
Por una parte, a través de los textos de Sabrina Weiss, sencillos pero muy al día de las publicaciones científicas, te ofrece la posibilidad de comprender toda la complejidad de la vida del océano y se complementa con un glosario final para entender conceptos como la bioluminiscencia o la ecolocalización.
Siguiendo el modelo de las inteligencias múltiples, el aprendizaje de niños y adultos está asegurado porque las breves explicaciones están acompañadas de infografías: una técnica de representación visual con mapas, esquemas y gráficos que resume y explica grandes contenidos en poco espacio. Junto a ello, las asombrosas ilustraciones de Giulia de Amicis hacen que explorar el océano sea una aventura fascinante.
Pero lo más interesante llega al final: los últimos capítulos son “El océano en peligro” y “Cómo podemos proteger el océano” junto a un mapa de la vida marina en el planeta. Exploradores del Océano te ofrece propuestas concretas para hacer frente a todos los enemigos del océano como la pesca no sostenible, la contaminación, la destrucción de hábitats y el calentamiento global.
¡Una visión muy sutil e interesante que te enseñará que el océano no es sólo una enorme extensión de agua!
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