Los niños y niñas de hoy en día tienen poco tiempo libre, tienen un horario lleno de actividades. Durante 8 horas deben asistir a clases, después tienen extraescolares y cuando llegan a casa, muchos de ellos, tiene que seguir con los deberes para el día siguiente. ¡Debemos proporcionar a los niños y niñas tiempo de reflexión y relax para mejorar su rendimiento académico!
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness se traduce como “Atención plena” y a diferencia de otras técnicas de relajación como el yoga o la meditación, el mindfulness se desvincula de los conceptos espirituales y se basa en el enfoque científico y pragmático. Incluso hay algunos autores que lo consideran como algo que va más allá, es decir, como una filosofía de vida.
Actualmente, existen una gran número de escuelas que promueven el mindfulness en el aula y es que es una técnica que, bien aplicada, puede resultar muy beneficiosa para niños y adultos. Este método de relajación permite aprender a gestionar las emociones, a mejorar la concentración, potenciar la empatía, reducir los momentos de estrés, entre muchos otros. ¿Te animas a poner en práctica el mindfulness en el aula? ¡Entonces no te pierdas estos 5 consejos!
5 consejos para aplicar el mindfulness en el aula
- Establece una rutina. Elegir un momento apropiado para la práctica del mindfulness es esencial. Se recomienda que con los más pequeños se dediquen 5 minutos al empezar o finalizar una clase, de este modo se promueve la concentración para el resto de ésta o para descansar, relajarse y reflexionar entre una clase y otra. Para los más mayores, 15 minutos al día pueden resultar clave para mejorar su aprendizaje ¡Ya verás los resultados en el transcurso del curso!
- Busca un lugar tranquilo. Debemos apostar por un lugar o espacio de tranquilidad, donde no se produzcan interrupciones. Al principio, los ruidos pueden ser un distractor muy poco beneficioso para la práctica del mindfulness. Aunque los alumnos cuando tengan más experiencia deben ser capaces de practicar esta técnica evadiéndose de los ruidos exteriores.
- Promueve actividades lúdicas. En los primeros años, sobre todo, es necesario abordar el mindfulness mediante los juegos y actividades atractivas para los niños y niñas. Con lo cual la actitud de humor, de calma y confianza beneficiará a la buena práctica. Asimismo que los adultos mediten al mismo tiempo que los niños o jóvenes, promueve su implicación y motivación. ¡A ti también te ayudará a canalizar el estrés y a relajarte!
- Transmite instrucciones claras. Para los más pequeños es necesario acompañarlos en todo el proceso, creando una historia o anunciando claramente los pasos que deben seguir. A medida que los alumnos son más mayores, pueden emplearse técnicas más adultas y autónomas.
- Reflexiona sobre las experiencias y sensaciones. Al finalizar el ejercicio es bueno que se verbalicen las sensaciones y sentimientos que han percibido o han experimentado. Con los más pequeños puedes guiarlos con preguntas: ¿cómo te has sentido? ¿Cómo te sentías antes y cómo te sientes ahora? ¿Qué estabas pensando? ¿Te sientes más tranquilo?
¿Tú ya lo has puesto en práctica? ¡Comparte tu experiencia con nuestra comunidad y anima a otros docentes a utilizar el mindfulness en el aula y a disfrutar de los resultados que se obtienen!
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