Daniel Willingham
Daniel Willingham es doctor en psicología por la Universidad de Harvard, y desde 1992 imparte clases en la Universidad de Virginia. Ha desarrollado una intensa labor de investigación centrada, principalmente, en la aplicación de la psicología cognitiva y la neurociencia en la educación primaria. También colabora con diversos medios de comunicación y ha escrito columnas para la revista “American Educator”. Es autor de distintos libros, entre ellos ¿Por qué no les gusta a los niños ir a la escuela? o Educando niños lectores. En 2017, el presidente Obama lo nombró miembro de la Junta Nacional de Ciencias de la Educación.
Daniel Willingham nos cuenta que cuando era niño le encantaba recibir todo el nuevo material escolar al inicio del curso. Cada año se prometía a sí mismo que iba a mantener los cuadernos en buen estado y los lápices afilados, pero nunca lo conseguía. Cuando empezaban las clases, se veía envuelto en un mundo lleno de posibilidades y tenía muchas ganas de aprender, por lo que su afán inicial por mantener todo el material intacto iba desapareciendo. Actualmente, todavía le entra una cierta nostalgia cuando empieza la escuela y recuerda con ilusión lo que para él significaba el inicio del nuevo curso.
¿Qué es para usted la enseñanza?
Desde mi punto de vista la enseñanza es preparar intencionalmente un entorno para que una persona pueda aprender. Para ello, resulta clave el papel de los profesores, si bien considero que existen dos tipos de docentes: los que establecen y preparan las clases, pero no se implican con los alumnos, y los que se involucran y están comprometidos en brindar a sus estudiantes un tipo de enseñanza mucho más personalizada. Es evidente que son los segundos los que representan mejor lo que debe ser la enseñanza.
¿Cuáles son los factores que facilitan el aprendizaje?
Hay muchos factores que facilitan el aprendizaje, pero lo más importante es descubrir los conocimientos con los que ya cuenta cada alumno. Este es el elemento fundamental para saber qué información nueva podemos aportarles. Si nos centramos en brindarles nuevos conocimientos, facilitaremos que los estudiantes se sientan intrigados y motivados por el aprendizaje.
¿Qué influencia ejercen los profesores en el aprendizaje en el aula?
Como comentaba anteriormente, los profesores son los encargados de generar el mejor contexto para el aprendizaje, por lo que ejercen una gran influencia. Pero también me gustaría destacar el rol de los padres, que, en mi opinión, tienen tanta importancia como los maestros. Ellos son los responsables de que los niños conozcan, antes de acceder a las clases y entrar en contacto con su primer tutor, la importancia de la escuela y del hecho de aprender.
¿Por qué a muchos niños no les gusta ir a la escuela?
El interés que puede sentir un niño por aprender algo nuevo depende, principalmente, del conocimiento previo que ha adquirido en el pasado. Si desde un primer momento un estudiante ya conoce la lección que el profesor está impartiendo, la clase le resultará aburrida. Asimismo, si lo que está enseñando el docente no está adaptado a su nivel, le será demasiado complicado seguirlo, no lo entenderá y se sentirá avergonzado por no mantener el mismo ritmo que el resto de sus compañeros. Es por este motivo que a muchos profesores les resulta tan difícil motivar a los niños para ir a la escuela, ya que no tienen en cuenta que cada uno de ellos tiene sus propias necesidades de aprendizaje.
¿Qué podemos hacer para que les guste?
Siguiendo el análisis anterior, tener un plan de estudios sólido y secuenciado sería de gran ayuda. De esta manera aumentaría la probabilidad de que los estudiantes tuvieran el mismo nivel de preparación ante una lección, por lo que sería más fácil para el maestro hacer la clase interesante. Naturalmente, únicamente con un plan de estudios adecuado no es suficiente: también es importante invertir mucho tiempo en preparar a los profesores y en mejorar la manera en que se imparten algunas clases.
¿Cómo podemos captar la atención de los alumnos?
Debería existir una mayor variedad de posibilidades a la hora de enfocar las clases a fin de que estas resulten más interesantes, y habría que potenciar que cada vez existan más profesores completamente involucrados en el aprendizaje de sus alumnos. Asimismo, los padres también deben contribuir a ello, reafirmando la importancia y el respeto hacia la escuela. Por otra parte, y desde una esfera mucho más concreta, si lo que pretendemos es captar la atención de los estudiantes, hay que ser inflexibles en el uso de los teléfonos en el aula, ya que es un elemento que les genera una gran distracción.
¿Considera que la tecnología ha influido negativamente en la capacidad de atención de los estudiantes?
Más allá de evitar distracciones en el aula, no creo que exista ninguna evidencia de que el acceso a la tecnología vaya en detrimento de la capacidad atencional. De hecho, hay estudios que demuestran que esta capacidad no se ha visto afectada con la irrupción de la tecnología. No obstante, lo que sí observamos es que los niños actualmente se aburren más fácilmente de lo que lo hacían antes. En otras palabras, no es que la tecnología les impida prestar atención, es que ellos no están predispuestos a hacerlo. Esto podría ser una consecuencia del uso de la tecnología, puesto que esta ha facilitado el acceso al entretenimiento. Pero en cualquier caso no tengo evidencias que apoyen directamente esta idea, que es una simple hipótesis.
¿Durante la pandemia, la capacidad atencional se ha podido ver afectada?
No me veo capacitado para responder a esta pregunta; considero que todavía es muy pronto para saberlo. Tendremos que esperar un tiempo para poder analizar con mayor detalle algunas de las consecuencias de la pandemia, entre ellas si la coyuntura ha afectado negativamente la capacidad atencional.
¿Por qué le otorga tanta importancia a la lectura en los procesos de aprendizaje?
La lectura es uno de los mejores caminos para aprender. Adquirimos conocimiento escuchando, viendo, haciendo, etc. Pero la gran ventaja que tiene la lectura es que la persona que se comunica con nosotros a través de la escritura no tiene que ser coetáneo o haber vivido en el mismo lugar que el lector. De hecho, hay autores que ya han fallecido hace siglos y que todavía siguen impartiendo sabiduría a las personas que leen sus libros.
¿Cuál es el mejor método para que los niños aprendan a leer?
Para la mayoría de niños, la base es el aprendizaje del sistema alfabético y desarrollando la conciencia fonémica, habilidades que se pueden trabajar mediante actividades que pueden resultar muy divertidas y motivadoras para ellos. Paralelamente, los profesores pueden ayudar a los niños a adquirir habilidades de lenguaje oral (más vocabulario, una mejor comprensión de la sintaxis, estructura de la historia, etc.) a través de la lectura en voz alta. Y, por supuesto, lo que resulta fundamental para aprender a leer es fomentar el interés por la literatura.
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