El pensamiento crítico está a la orden del día y como no puede ser de otra manera, también está muy presente en los retos educativos. La capacidad de análisis, de razonamiento y posicionamiento y la habilidad de formular nuevas preguntas son las aptitudes que buscamos enseñar a los jóvenes en una sociedad compleja y con acceso a un gran volumen de información para discernir.
Acumular conocimientos e información no es suficiente para cubrir estos objetivos. De la teoría a la práctica, es imprescindible que el docente promueva el pensamiento crítico como una manera de actuar: evitar ofrecer respuestas directas a las preguntas de los alumnos y servir de modelo ante la resolución de problemas, pensar en voz alta y tener una mente abierta y honesta dispuesta a reconsiderar todo.
Además de ser una actitud transversal dentro del aprendizaje, es necesario invertir tiempo en desarrollar el pensamiento crítico. Cualquier situación de aprendizaje es un buen espacio para para plantear problemas cotidianos e identificar el problema, hacer una lluvia de ideas sobre las posibles soluciones, pensar las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas y decidir cuál es la mejor opción final.
Para entrenar este procedimiento es interesante proponer actividades que sirvan de espejo para verse reflejado y a la vez, pensar nuevas y mejores situaciones utilizando la creatividad.
Actividades para fomentar el pensamiento crítico
A continuación te proponemos algunas actividades con las que fomentar las claves del pensamiento crítico: interpretar y relacionar la realidad, pensar en clave de comunidad y con humildad, atreverse señalar lo que no es justo y posicionarse, razonar las consecuencias y evitar “el principio de autoridad”.
Es decir, no utilizar grandes referentes sino pensar y crear un pensamiento con modelos de aprendizaje más autónomos.
- Analizar imágenes, fotografías y lenguaje no verbal
Para fomentar el aprendizaje más allá del lenguaje verbal, acercarse a las formas del arte y el movimiento promoverá entender con mayor profundidad y de forma transversal los acontecimientos sociales y culturales de todo el mundo.
No te resistas a las redes, ¡aprovéchalas! Es una fuente de imágenes y de contenidos para interpretar. Observa los detalles en que se fijan los alumnos e interpretad el contexto.
Propón por grupos nuevas leyes y pide que expongan sus argumentos frente al grupo. ¿Por qué son necesarias? ¿Todos estamos de acuerdo? ¿Cómo se llevará a cabo? Finalmente, decidid conjuntamente qué adoptar o bien inventad juntos una norma justa para todos.
- Interpretamos las palabras
Esta actividad está pensada para comprender los conceptos de forma crítica y más profunda. El alumno tiene que buscar un concepto en el diccionario y después valorar qué significa para él este concepto, pidiendo que lo aplique en algún ejemplo de forma espontánea.
Este ejercicio permitirá enseñarle a comparar y contrastar significados, preguntarle en qué se asemejan y se diferencian dos conceptos, con la posibilidad incluso de extrapolarlo a dos personajes o dos historias.
- Verdad, mentira o ninguna de las dos?
Más necesaria que nunca, la capacidad de discriminar la fiabilidad de un texto se ha convertido en una competencia esencial. La era de la llamada “posverdad” se nutre de grandes masas de información falsa que circulan a gran velocidad y se aceleran con cada “eslabón” de la cadena -cada usuario- que comparte o reacciona con un like.
El pensamiento crítico tiene que ser un instrumento capaz de separar, discernir (eso de hecho significa el verbo griego krínein de donde proviene) entre lo verdadero y lo falso. Por eso te proponemos el análisis de noticias, comparando el tratamiento de la misma noticia en varios medios.
Intenta ofrecer algunas indicaciones antes: buscar las fuentes de los datos que aporta, evaluar la autoridad de la web o el medio (¡sin caer en el «principio de autoridad»!), o separar la crónica de los hechos del juicio de valor. Gamifica la actividad y utiliza herramientas como el juego interactivo iReporter de la BBC, que persigue dotar los jóvenes de capacidad crítica ante las noticias.
- Del debate al diálogo
La degradación de la palabra en manos de las tertulias parece imparable y se ve reflejada en toda la sociedad, desde los parlamentos políticos a las pequeñas reuniones familiares. Más grave todavía es cuando se trata de la palabra pública, el “logos” compartido en el dia-logos.
La palabra y el pensamiento tiene que ir de un lugar al otro. En este sentido, tenemos que enseñar más a dialogar que a debatir: este es competitivo y solo busca imponerse. El logos es real pero invisible y lo tenemos que compartir para llegar entre todos a una idea consensuada.
Prueba a hacerlo visible con un objeto en la mano que permita hablar solo a quien lo tiene. Busca dilemas morales como el famoso dilema de Heinz, así como temas controvertidos y de actualidad, donde los alumnos aprendan a verbalizar los argumentos de su postura y también del resto.
¿Conoces más actividades para fomentar el pensamiento crítico? ¡Comparte tus ideas con nosotros!
Si te gustaría saber más, no te pierdas 5 consejos y 5 actividades para fomentar el pensamiento crítico en el aula o El gran reto, despertar el pensamiento crítico en el aula.
Sin Comentarios