Cuando aparece el lenguaje se van sucediendo una serie de etapas ya que camina de la mano del pensamiento. No siempre suceden ni se desarrollan de manera coetánea y por ello, en ocasiones, nos encontramos con dificultades en la fluidez del lenguaje. Pero mejorar la fluidez en el habla infantil se puede conseguir siguiendo unas pautas.
Los padres y educadores deberían utilizar un habla lenta “alargada” con entonación normal y pronunciación clara. Es más adecuado el uso de frases sencillas y no excesivamente largas.
Es aconsejable estar atentos a este aspecto pero siempre desde el respeto al desarrollo individual de cada niño/a. Es necesario dar tiempo y tener paciencia. Sin embargo, sería interesante poder trabajar para prevenir futuras dificultades. A continuación os dejamos unas pautas para favorecer este aspecto
Pautas para mejorar la fluidez en el habla infantil
- Darle conversación evitando preguntarle en exceso.
- Animarle a hablar en situaciones relajadas y tranquilas.
- Prestar mayor atención al contenido de lo que dice que al modo en que lo dice. Ante repeticiones del niño/a, centrarse en lo que está diciendo y hacer comentarios sobre la idea que quiere transmitir.
- Hablar de cosas que le interesen, comentar lo sucedido en el colegio, con sus amigos, etc. de forma relajada.
- No mostrarse impaciente, sino darle todo el tiempo necesario para que hable sin interrupción, ya que puede llevarle más tiempo completar el mensaje.
- No corregir ni llamar la atención sobre las pausas, repeticiones o bloqueos, controlando nuestras expresiones y conductas.
- No adelantarse y no concluir ni las palabras ni oraciones que le cuesta decir, sino esperar a que él/ella las pronuncie.
- No exigirle que hable delante de otras personas y más aún si son desconocidas para él/ella.
- Evitar comentarios o expresiones faciales que muestren desaprobación del habla del niño/a, por el contrario se debe tratar de adoptar una expresión neutra (como si hablara bien).
- No referirse a su forma de hablar como “tartamudeo”, sino “repeticiones” o “atascos”.
- Asegurarse de que nadie haga observaciones al niño/a acerca de su forma de hablar, suprimiendo incluso las ayudas comprensivas del tipo: “habla más despacio”, “tranquilízate”, “relájate”, “vuelve a empezar”, etc. Pues le harán consciente de su situación y le resultará más difícil eliminarla.
- No castigar o llamar la atención por su habla no fluida.
¡Seguro que estas pautas son de gran utilidad! También te pueden interesar consejos para los peques con problemas para dormir o para trabajar el mindfulness en clase.
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