El mindfulness es la capacidad de volver al momento presente y darse cuenta de todo aquello que surge en el interior y alrededor sin juzgar, con una actitud atenta y curiosa. Es recurrente el estado habitual de dispersión que suele acontecer en el día a día de la escuela. El profesorado, debido a un currículum muy apretado y a la gran diversidad de aspectos que debe atender, suele funcionar desde el piloto automático, la aceleración y la presión constante. El alumnado pasa muchas horas en la escuela, enfocado en contenidos curriculares que generalmente dan más énfasis a la dimensión cognitiva que a la emocional, personal y social. De esta forma, el estrés y la ansiedad se convierten, la mayoría de las veces, en un estado habitual tanto en el profesorado como en el alumnado. Una metodología útil para volver al momento presente, relajarse y respirar todos juntos, profesorado y alumnado, es la utilización de una campana o cuenco pequeño en clase.

El sonido de la campana nos devuelve a nuestro verdadero hogar, el espacio de calma y tranquilidad que yace en nuestro interior. El sonido largo y suave de la campana vibra en nuestro interior y ayuda a los niños a calmarse y a sintonizar con un lugar amable dentro de ellos que, muchas veces, gracias al sonido de la campana, descubren por primera vez.

La campana puede resultar el primer contacto que toman con su respiración consciente. Cuando suena el sonido de la campana en clase, los niños aprenden a dejar a un lado cualquier actividad que estén haciendo, cualquier conversación, o cualquier pensamiento, plan o proyecto que esté en sus mentes. Es tiempo para parar y dejar a un lado todas las cosas, y volver a ellos mismos, a su verdadero hogar de paz y calma interior. En este proceso de volver a su propia calma, toman consciencia de su respiración, y poco a poco van accediendo a un espacio de relajación y presencia. Al inspirar, son conscientes de su inspiración; al espirar, son conscientes de su espiración. 

La campana: una metodología mindfulness liberadora

La metodología de enseñanza y aprendizaje basada en la campana es liberadora en cuanto que entiende que nuestro estado de presencia y libertad interior es precedente a cualquier aprendizaje de tipo intelectual que nos venga dado exteriormente. Sin nuestra calma interior y espacio de presencia poco bueno podemos aprender. Es precisamente el espacio abierto y la solidez de la plena consciencia en nuestro interior la base para integrar cualquier aprendizaje de forma que nos sea útil y beneficioso para nuestro crecimiento intelectual. Los niños, desde pequeños, aprenden a no ser meros receptores de información, sino a incorporar aquellos aprendizajes que resuenan con su estado de plenitud integral. Una educación basada en la metodología de la campana convierte a nuestros niños en seres libres, sanos e intuitivos.

La campana es un método liberador, no un arma de domesticación. El profesor no debe usar la campana de ninguna forma para hacer callar, como elemento disciplinario, o como forma de mostrar enfado, irritación o malestar. La campana debe usarse como forma de hacer florecer la libertad en el cuerpo, mente y corazón de toda la comunidad de aprendizaje. Es por ello que saber usar adecuadamente la campana es todo un arte en el que el profesor debe entrenarse sabiamente a medida que va interiorizando la plena consciencia en su vida personal. Cuando el profesor está presente, está más conectado con su creatividad e intuición profunda para decidir cuándo es relevante invitar a la campana y con qué intención.

Las 3 PPP

Una actividad sencilla de mindfulness para que los niños presten atención al sonido de la campana consiste en practicar las 3 PPP’s. Se trata de posar la atención en el momento presente de nuestro cuerpo, mente y corazón con cada sonido. De esta forma los alumnos aprenden a entrenar su atención y concentración de manera paulatina dentro de una dinámica regularizada en el día a día de clase. Este método ayuda al profesorado a gestionar la plena consciencia y el reconocimiento de las emociones en el alumnado como forma de estar presente en su cuerpo, mente y corazón:

  • Presente para mi cuerpo: Con el primer sonido de la campana los niños pondrán la atención en el cuerpo mientras respiran conscientemente. Al poner atención al cuerpo, toman consciencia de sus sensaciones, de las tensiones que puedan sentir, cómo se sienten el cuerpo en este momento presente. Al poner atención relajan el cuerpo de las tensiones que observan en él.
  • Presente para mi mente: Al invitar la campana por segunda vez, los alumnos enfocarán su atención en la zona de la cabeza. Tomarán consciencia de las sensaciones, si ésta está muy sobrecargada, si hay formaciones mentales difíciles o de dispersión, o si su mente está relajada, concentrada y fresca. Se tratará de relajar esta zona para sentir más calma.
  • Presente para mi corazón: Con el tercer toque de campana, los niños pondrán la atención en la zona del corazón. Allá podrán enfocarse en los latidos, en las sensaciones agradables, difíciles o neutras en este momento del aquí y el ahora. Se tratará de calmar esta zona y sentir paz y tranquilidad.

Esta actividad ayuda al alumnado a volver al momento presente y a gestionar sus estados de ánimo, sensaciones corporales, pensamientos, emociones y sentimientos. La campana, así, se convierte en un elemento metodológico clave que muestra a los niños cómo reconocer y gestionar sus sensaciones y emociones en cualquier momento del día en que estén estresados, ansiosos o cansados.

La campana puede convertirse en una metodología de mindfulness muy efectiva para despertar el corazón y un sentido de armonía y unidad en la clase. Una clase sin corazón no puede crecer ni expresar su verdadero potencial. La campana hace la función de catalizador emocional y de hacer bombear el latido energético que nos une a todos como comunidad afectiva. Si el profesorado integra la campana en sus clases adecuadamente, se creará un ambiente de aprendizaje muy propicio para la calma, la atención, la reflexión y el respeto. Es cuestión de acoger el sonido de la campana en nuestro corazón para permitir que este vibre en nosotros y de ahí un clima emocional más creativo y armonioso emerja fluidamente.

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