Pocas cosas más difíciles de lograr y tan importantes como crear buenos hábitos en niños y niñas desde los primeros años. En una época en la que se habla de crisis de valores y de la importancia del papel que tienen las aulas, crear buenos hábitos en casa es poner la primera piedra.
En la Ética a Nicómaco Aristóteles definió la virtud como hábito. Aprender a ser bueno, “virtuoso”, requiere tiempo porque hay que ejercitarse en los buenos hábitos. Precisamente es importante porque es lo que está en nuestras manos.
Por eso decía que “el alma del discípulo, como tierra que ha de nutrir la semilla, debe primero ser cultivada por los hábitos”.
Padres, madres, educadores… seguramente todos somos conscientes de su importancia y dedicamos muchos esfuerzos a insistir en ellos. ¿Por qué son tan importantes los buenos hábitos? Y seguro que te preguntas, ¿cómo podemos crearlos sin desesperar?
En primer lugar, son importantes por esa relación con el fomento de valores desde los cimientos. Además, generando buenos hábitos estarás cultivando la autonomía y confianza futura y la capacidad de responsabilidad. Los patrones de comportamiento son fundamentales para crecer con puntos de referencia en los que apoyarse.
¿Cómo crear y sostener los buenos hábitos en niños? Adapta la tarea a la edad y a objetivos realistas, aunque las primeras veces no se llegue a completar. Para lograrlo, deberemos ampliar paulatinamente el tiempo que dedicamos. Y sobre todo, ¡mucha paciencia! Comenzar a consolidar un buenos hábitos puede llevar un mes de tiempo.
Una gran aliada tuya será la gamificación: ese neologismo que te habla de la importancia de convertir las rutinas en juegos, una estrategia muy efectiva en este caso, complementaria del aprendizaje por imitación, esencial en los primeros años.
Y respecto a su opuesto, algo muy importante. Frente a malos hábitos que puedan afectar física o psicológicamente a los pequeños, y que superen tu capacidad de hacerles frente, siempre debemos pedir ayuda a un profesional.
Te proponemos 8 buenos hábitos repletos de beneficios para empezar a poner en práctica. Pero ¡ojo! Es importante no obsesionarse con ellos. En este sentido, evita que esos propósitos limiten su espontaneidad y crecimiento.
8 buenos hábitos desde los primeros años
- Alimentación
Los buenos hábitos de alimentación son fundamentales para que funcione todo lo demás. Y en ello tan importante es respetar los horarios como en cuidar la calidad y variedad de alimentos. La flexibilidad necesaria cuando son bebés, debe ir convirtiéndose en una rutina sana que será clave en hábitos saludables.
A medida que vayan creciendo, implica a los más pequeños en actividades sencillas, desde la compra hasta la elaboración en la cocina, para que aprendan la importancia del proceso desde adquirir los ingredientes hasta respetar las comidas con sus horarios.
- Higiene corporal
Lavarse las manos o cepillarse los dientes son buenos hábitos de higiene que se pueden inculcar desde pequeños, fundamentales para prevenir muchas enfermedades. Procura vincular las rutinas de alimentación a las de higiene, antes y después de las comidas. ¡Ayúdate de recursos para que el enfoque siempre sea lúdico!
- Higiene mental
¿De qué hablamos cuando hablamos de higiene mental? De la misma forma que creamos rutinas de higiene corporal, no debemos olvidar la repetición de acciones y palabras (¡qué importantes son las palabras!) positivas para la salud mental, reforzando su autoestima. Una vez más, rodea los pequeños de conductas adecuadas: ¡tú eres su ejemplo!
Y sobre todo, respeta siempre el tiempo de juego procurando que este sea compartido contigo y de calidad, para que este no se reduzca, por ejemplo, a desconectarse del mundo conectándose a un dispositivo electrónico.
- Modales
Los buenos hábitos en este aspecto son importantes porque detrás de los modales hay algo más que un simple protocolo; se trata de la empatía y la consideración hacia los demás. En nada es más importante como en este apartado el aprendizaje por imitación, especialmente a partir de los 18 meses.
También te ayudará inculcarlos directamente, motivando a dar los buenos días a diario o interrumpir las comidas cuando por ejemplo, arroje alimentos al suelo. Antes incluso de que comprenda las palabras, puedes jugar usando gestos para decir “por favor”, “gracias”, “perdón”…
- Uso de la tecnología
No se trata simplemente de moderar el uso o reducir las horas, sino de administrar el uso de la tecnología para que este sea positivo. Crear una rutina sana en este aspecto implica también saber usarla adecuadamente, conociendo sus beneficios y peligros. ¡Apréndelos también tú para enseñarlos desde el principio!
- Orden
El orden interior se alimenta del orden exterior y viceversa. Para poder crear rutinas con las que los pequeños se acostumbren al orden, es importante que el espacio sea accesible a ellos por tamaño y distribución, supervisar la tarea, convertirla en un juego… y armarse de paciencia. ¡No te rindas y lo hagas tú!
Los buenos hábitos de sueño son cruciales para la salud física y mental de los niños. Por eso son casi la base de todo el resto de hábitos. Para poder cuidar este hábito, debes seguir algunos consejos sencillos pero muy efectivos.
Los principales son fijar y respetar un horario, seguir una secuencia de rutinas antes de ir a la cama (casi un ritual), crear un ambiente de descanso adecuado, practicar actividad física, distanciar la cena de la hora de dormir y recurrir a los cuentos: tu voz les relajará.
- Lectura
La lectura no es un proceso sencillo y para crear hábitos de lectura necesitarás tanto tiempo y paciencia como implicación. Y leer cuentos -más allá de todos los beneficios que tiene por sí mismo- es el primer paso para crear un hábito lector cuando los niños adquieran autonomía.
Para ayudarte, la calidad y el atractivo de los materiales que utilices, así como la adecuación a la edad, ¡será crucial para conseguirlo! Precisamente en ese propósito se basan nuestras propuestas que te animamos a descubrir.
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