La relación entre las familias y la escuela figura en todas las leyes educativas que se han elaborado desde la Ley General de Educación, en 1970. Así pues, implicar a las familias es un aspecto relevante en la educación de los niños y niñas.
Si analizamos los beneficios que se pueden extraer de la relación entre familia y escuela, podemos enumerar algunos de gran importancia:
- Favorece la autoestima, la seguridad y la motivación de los niños y niñas.
- Mejora el rendimiento escolar
- Mejora las relaciones, no sólo de padres/madres e hijos, sino también las relaciones entre profesorado y familias.
Hasta ahora las relaciones se efectuaban por relaciones indirectas, es decir, mediante comunicados en papel y/o digital, con reuniones grupales e individuales, con los organismos como el Consejo escolar o el AMPA. Sin embargo, para que se produzcan los beneficios que hemos mencionado, se debería actuar de forma directa.
¿Cómo lo hacemos?
Es relativamente fácil cuando las familias y la escuela tienen un objetivo común: la educación de sus hijos. Debemos empezar por introducir a las familias en el día a día de las clases. Así pues, ya no sirve un reunión individualmente al semestre o que sean del consejos escolar. ¡Queremos más! Aunque siempre debemos tener en cuenta que existen dificultades que pueden complicar la participación de los padres y madres, entre ellas la conciliación de la vida laboral con la escuela.
Hay escuelas que ya han empezado a integrar a las familias en la escuela de manera significativa, creando comunidades de aprendizaje. Pero si tu escuela aún no está preparada para este cambio, comienza por tu aula. ¡Aquí te dejamos algunas geniales estrategias!
- El Consejo escolar paritario. Un consejo escolar que equipare el número de profesores y equipo directivo con el de los padres y madres. Además es interesante que éstos puedan participar en las programaciones anuales y en iniciativas de resolución de conflictos, en planes de convivencia, etc.
- Comisiones. ¿Y si encargamos a los padres y madres, junto con los profesores y los alumnos más mayores, que se organicen por comisiones y propongan sus ideas? Es una genial idea para trabajar colaborativamente y tener un consenso sobre las tareas educativas que se llevarán a cabo durante el curso. Algunas comisiones podrían ser: la comisión de fiestas, comisión de biblioteca, de formación a las familias, de convivencia, de resolución de conflictos…
- ¿Qué he hecho hoy? Decora un folio y describe de manera clara y concisa qué actividades has llevado a cabo en el aula. Puedes complementarlo con algún objeto o dibujo que hayan realizado los alumnos. Te va a llevar muy poco tiempo y puedes sacar la sonrisa a más de una padre, una madre una abuela o un vecino, cuando vayan a buscar a sus hijos o nietos. E incluso, si conocen diariamente las actividades, pueden proponer alguna idea innovadora para implementar en el aula.
- ¡Aprovecha las oportunidades! Las familias pueden intervenir en el aula realizando muchas actividades pero sobre todo debes aprovechar las profesiones de cada uno de ellos. El trabajo por proyectos puede ser una buena manera de introducir las profesiones y conocerlas con profundidad con las experiencias y conocimientos de los padres, madres, amigos, vecinos, tios, etc. Por ejemplo, si se habla de alimentación se podría invitar a alguna persona que sea cocinero o cocinera.
- Talleres: A los niños les encantan los talleres porque se aprende haciendo. Pero muchas veces no los podemos llevar a cabo por falta de personal. ¡Eso se ha acabado! La ayuda de las familias pueden ser clave para la realización del taller.
Para que la implicación de las familias pueda ser factible y efectiva, se requiere de una gran organización, de mucha colaboración por todas las partes y de mucha alegría. ¡No dudes en integrar a las familias en tus clases, ya verás que el aprendizaje de los alumnos será mucho más significativo!
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