Criterio tiene su origen en una palabra griega que significa juzgar y entre sus definiciones encontramos la capacidad de formarse un juicio, de tomar una decisión o determinar una verdad.
Es importante tener un criterio propio que nos ayude a pensar por nosotros mismos y tomar nuestras decisiones. Enseñar a pensar y a reflexionar no es fácil, pero la literatura y sus historias llenas de valores siempre son de gran ayuda. ¡Aquí tienes algunas!
Juanillo y las habichuelas mágicas de Edith Nesbit. “El corazón nunca miente a quien sabe escucharle”. Y esto es lo que hace Juanillo, un trato que enfada a su madre y no parece nada bueno para ellos. Pero, ¿qué pasa en realidad? La decisión será buena no solo para Juanillo y su madre, sino también para todo un reino.
Todos para uno y uno para todos de Brigitte Weninger. Los miedos no pueden detener nuestras decisiones. Por eso, a pesar de que el ratón Melitón tiene dificultades para andar, emprende un viaje para conocer mundo. ¡Por el camino descubre que la decisión ha sido la correcta!
La ciudad de los lobos azules de Marco Viale. Ser conscientes de la diversidad que nos rodea es imprescindible para formarse un buen criterio sobre las cosas. Si añadimos el inconformismo también nos ayudará a pensar por nosotros mismos. La llegada de un lobo rojo a una ciudad donde todo es azul hace reaccionar a sus habitantes.
Una vista inesperada de Eric Maddern. Nos enseña que la muerte no tiene que darnos miedo y es necesaria para que siga la vida. Pedro cree que ha podido engañar a la muerte, pero no ha calculado las consecuencias. Darnos cuenta de los errores y rectificar es la mejor manera de aprender.
El hombre abeja de Frank R. Stockton. Un anciano es feliz viviendo en su cabaña rodeado de sus amigas las abejas. A pesar de ello, emprende un viaje lleno de aventuras para conocer su origen. Pero incluso ante la posibilidad de cambiar de vida, volverá a su cabaña con sus abejas. Porque allí, él es feliz.
Rafa la garza y Tono el zorro de Laurence Tichit. Son muy diferentes, cada uno con su estilo propio, y eso es bueno, pero creen que por ello no pueden ser amigos y divertirse juntos. ¡Darse cuenta de que la diferencia suma es una genial forma de crear criterio propio!
Un niño es un niño de Brigitte Weninger. Ni el Mirlo, ni el Topo ni el Erizo saben cómo ayudar a dos ranitas abandonadas. Pero mamá Ratón les hace ver que todos los niños necesitan lo mismo porque en realidad, ¡no somos tan diferentes! Tener cerca un buen modelo y seguir su ejemplo es también una genial manera de fomentar el criterio propio.
¿Te animas a utilizar estas historias? También te pueden interesar libros para fomentar otros valores como la amistad, la confianza, la tolerancia o la generosidad.
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