Las Tecnologías de la Información y la Comunicación han inundado nuestras vidas y en muchos ámbitos la han revolucionado. También ha sucedido en el ámbito educativo y hablamos de ellas constantemente pero, ¿qué valor aportan las TIC a la educación? Tres expertos nos dan su opinión: Carles Monereo, Raúl Santiago y Miquel Àngel Prats.

 

Carles Monereo

Doctor en Psicología y fundador del grupo de investigación SINTE

Las TIC favorecen, por una parte, las dimensiones más cuantitativas del proceso instruccional: el acceso, distribución y gestión de información inagotable; la comunicación rápida y eficaz entre interlocutores, dentro y fuera de la comunidad educativa; el entrenamiento masivo en la resolución de ejercicios; la presentación y exposición de trabajos, etc. Esta aportación, siendo destacable, no supone un cambio radical pues se trata de actividades que, con menor extensión, velocidad o precisión podían realizarse sin las TIC.

La utilización más sustancial, cualitativa y privativa de las TIC obedece, por una parte, a la libre circulación de información y la casi imposibilidad de controlarla; ello permite, por ejemplo, contemplar  fenómenos o sucesos en directo y sin filtros, como el seguimiento de un grupo de animales, de un acontecimiento político o debatir con toda libertad con personas de todo el mundo, adoptando un punto de vista crítico.

Por otra parte su capacidad simbólica y representacional permite emular conductas cuasi-inteligentes: avatares, laboratorios virtuales, pensamiento experto en un tema, robótica, etc. Finalmente, las TIC ofrecen muchas posibilidades para registrar y analizar la propia conducta y la de los demás, permitiendo aprender de actuaciones y errores propios y ajenos. El valor educativo de todas estas aplicaciones es inconmensurable.

 

Miquel Àngel Prats

Doctor y profesor en la Universidad Blanquerna de Barcelona

En primer lugar apoyar didácticamente al profesor en la transmisión de contenidos, procedimientos, valores y actitudes. También mejorar el modelo docente presencial tradicional puesto que utiliza una herramienta que le ayuda a maximizar el trabajo cooperativo en clase.

Las TIC permiten acceder más fácilmente y de forma interactiva a las fuentes de información y conocimiento y generar diferentes escenarios de aprendizaje cooperativo y colaborativo. Todo esto estimula, motiva e incentiva la actividad instructiva sujeta y vinculada a promover la participación. Pero no solo eso si no que incentivan el uso crítico, ético y reflexivo de la tecnología en el contexto actual y futuro como ciudadanos en un ecosistema sociodigital.

También es importante que genere nuevos canales de comunicación y contacto entre escuela y familia. Experimentar con nuevos dispositivos tecnológicos que permiten renovar, mejorar y reinventar el acto docente en el aula (tiempos, espacios, etc.) pone el alumno en el centro del proceso de aprendizaje, dando más peso al “saber hacer” que no sólo al “saber.

 

Raúl Santiago

Licenciado en Ciencias de la Educación y doctor en Pedagogía

Como sabemos sobradamente, la tecnología no es un sustituto del docente, sino una herramienta útil que puede ofrecer múltiples ventajas si se gestiona con creatividad.  

El docente se enfrenta a un grupo compuesto por alumnos con distintas capacidades y dificultades. Hasta ahora, en lugar de analizar el acceso a los distintos procesos de aprendizaje de cada uno, hemos evaluado cómo los alumnos memorizan contenidos de forma inconexa como si sus procedimientos de asimilación y profundización fueran idénticos. La tecnología posibilita que cada estudiante encuentre el tipo de aprendizaje que mejor se adapte a él, ofreciendo una igualdad de oportunidades que parte de la diversidad de potencias de cada uno.

Por otro lado, el trabajo colaborativo y los procesos de socialización se ven fomentados. La tecnología ofrece herramientas esenciales, como las redes sociales, cuyos proyectos favorecen el debate, la responsabilidad colectiva, el trabajo en equipo, la discusión en línea, etc.

Existen tantas capacidades y procesos como alumnos dentro del aula. El docente, a través del análisis de las dinámicas de aprendizaje de cada estudiante, utiliza la tecnología para fomentar esas potencias. En mayor o menor medida, ha estudiado el tejido de posibilidades que ofrece la tecnología y guía al alumno para favorecer su aprendizaje.

En definitiva, a mi juicio, el valor añadido de las TIC en el aula tiene que ver con la posibilidad de TRANSFORMAR el contexto del aula para que éste sea lo más personalizado posible.

También te puede interesar saber la opinión de los expertos sobre las claves para integrar las TIC en el aula o qué cualidades necesita el docente del s.XXI. 

 

 

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1 Comment

  1. 1
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