Andamos en la educación mundial con una sensación de que recuperamos camino en relación al desarrollo de la sociedad, con la implementación de tecnologías y estrategias metodológicas.

Y es cierto. El esfuerzo realizado, en este caso en España, por acercar la realidad de la Escuela a dinámicas de aprendizaje más activas, es digno de mención: congresos, encuentros de profesores, cursos de formación… la mayoría de ellos relacionados con aspectos del aprendizaje, con la nueva escuela, la personalización… parece que sí, que salvo casos de preocupante espesura y anclaje en el pasado, todos somos conscientes de que este cambio era necesario y se está produciendo.

Aplaudible es también, el importante numero de profesionales de la educación de nuestro país que están desarrollando reflexiones, generando ideas y formando opinión a través de las acciones de formación antes comentadas. Ya era hora de que nos fuésemos dando cuenta que contamos en España con un buen elenco de buenos profesionales con experiencia educativa, y que no hace falta traer a “personalidades” foráneas que nos dan una de aliño una y otra vez, de forma repetitiva… y en la mayoría de las veces con un nivel de descontextualización más que preocupante. Nos empeñamos en querer acercar estilos educativos que por cultura, historia y realidad educativa no tienen nada que ver con nosotros. Si os parece no entramos en lo absurdo de la interpretación de las pruebas Pisa, eso para otro momento.

Hasta aquí, todo más o menos claro.

Pero los que combinamos la dirección escolar y el análisis de tendencias sociales asociadas a la Educación, siempre con la idea de que ésta debe tener una visión más ágil del desarrollo y el devenir social para seguir teniendo sentido, vemos venir esta inevitable ola de la robotización, el pensamiento computacional, la realidad virtual.. que vestido en forma de juego, son las ramas de un tronco mucho más robusto: el de la Inteligencia Artificial (IA).

Todo el entramado empresarial, encabezado por las empresas más importantes del mundo, viran sus naves hacia la IA como un camino inevitablemente atractivo y que condiciona desde hoy mismo, los perfiles profesionales de nuestros alumnos de primaria con datos que les sitúan trabajando en empleos que no existen pero con los que tendrán que convivir. Datos con un nivel de fiabilidad demoledor, pues como diría mi amigo Alfredo Romeo: “ En el siglo XXI, lo que no son datos, es chismorreo”

Y de nuevo ahí seguimos, con una escuela todavía muy dependiente de las grandes tecnológicas (Apple, Google, Microsoft, Samsung, Lenovo, etc.), y con la llegada de un nuevo nicho de empresas y consultoras asociadas, que dentro del mundo de la robótica y la programación, huelen de nuevo “a sangre” en nuestros centros escolares.

Un nuevo escenario, una nueva época, un crecimiento exponencial de la tecnología que pone por delante un nuevo reto, cuando todavía no hemos cerrado el anterior, pues todavía, hay un número importante de centros educativos en España que están iniciándose en la dinámica del Mobile Learning, a vueltas con la conectividad, el precio de las tabletas, que si libros si o no… inquietudes un poco obsoletas ya.

Un nuevo escenario en el que algunas Administraciones Públicas y numerosos centros escolares en España, encabezados por sus equipos directivos, enfocan el escenario de la “robótica educativa” como una acción de vanidad de cara a sus proyectos educativos, cuando en muchos casos, no estamos analizando lo profundo de esta cuestión: la visión y el contenido de lo que supone la Inteligencia Artificial en el futuro de nuestros alumnos, de nuestros proyectos educativos, y por lo tanto, de su futuro.

Al fin y al cabo, de esto va este asunto. Esto no se trata de poner una asignatura de robótica, con unas horas semanales, o una extraescolar para engordar la oferta vespertina. Se trata de algo mucho más complejo, que pone de manifiesto nuestro profundo desconocimiento de esta realidad.

Desde aquí, y con el siempre ánimo de alentar, una llamada a las direcciones de los Colegios para generar opinión y cultura de este inevitable movimiento alrededor de la IA. Urge un núcleo de directivos escolares que desarrollen el movimiento de un correcto enfoque de este nuevo escenario que ya está aquí. De esta nueva ola.

Una ola que debemos intentar que no se convierta en un tsunami, que para algunos colegios, tendrá resultados catastróficos.

¿Están las direcciones escolares preparadas para el cambio? o ¿Es posible el cambio en la escuela? son otros artículos de José Navalpotro que puedes leer en el blog.

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